Alrededor de un 20-30% de pacientes con cáncer fallece por un proceso de deterioro de su organismo denominado caquexia, que se caracteriza por una gran pérdida de peso y debilidad muscular. Un grupo de investigadores españoles del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) acaba de descubrir en ratones que un proceso quemagrasa -ampliamente estudiado por expertos en obesidad- podría estar detrás de la caquexia.

Los especialistas en metabolismo hace tiempo que conocen la existencia de dos tipos de grasas en el organismo humano. La llamada grasa blanca (considerada la mala) tiene como función principal acumular energía, mientras que en el caso de la grasa marrón (en este caso, buena) su función es quemar energía y producir calor para el organismo en el proceso. Esta grasa es la que tienen mayoritariamente en su organismo los bebés y los animales que hibernan.

En el campo de la obesidad, se estudia desde hace algún tiempo cómo los humanos son capaces de convertir la grasa mala en grasa marrón mediante la práctica de ejercicio físico o con la exposición a bajas temperaturas, lo que convierte a este proceso en un importante quemagrasas natural ampliamente estudiado.

En el caso del cáncer, tal y como describe el equipo de Michele Petruzzelli en la revista Cell Metabolism, la causa de la caquexia que debilita a muchos pacientes oncológicos podría ser un proceso de transformación de la grasa mala en buena. "Es la primera vez que este fenómeno quemagrasa se asocia a un efecto negativo", aclara Petruzzelli en una nota difundida por el CNIO.

Además, su equipo -dirigido por Eric Waner- ha demostrado que el uso de compuestos antiinflamatorios que bloquean la inflamación puede reducir esta transformación de la grasa y frenar los síntomas de caquexia en los animales. Esto, a su juicio, convierte a este fenómeno en una posible diana para mejorar los efectos de la caquexia en los pacientes con cáncer, cuyo pronóstico y tratamiento en la actualidad es muy complicado.

Como añade el propio Wagner para concluir, la identificación de biomarcadores que permitan detectar el inicio de la transformación de grasa mala en buena en personas con cáncer podría servir para identificar precozmente a los pacientes oncológicos que van a sufrir este problema.