Ya han transcurrido 4 días desde que se llevaron a cabo las elecciones que arrojaron a los que representarán al país desde el nivel presidencial, congresual y municipal, y aun se siente el descontento entre algunos sectores por los resultados del mismo, y como penosamente  era de esperarse,  San Francisco de Macorís no escapa de esta realidad.

La Junta Electoral de este municipio y sus inmediaciones, están bajo tensión tras varias escenificaciones que se han producidos en repudio a los resultados obtenidos, en especial sobre los resultados que dan como perdedor de la contienda al aspirante a senador por esta provincia Duarte, por el Partido Revolucionario Moderno (PRM)  y presidente del mismo, Siquio NG de la Rosa.

Según el bloque de este partido y su delegado político, dentro del proceso electivo sucedieron notables irregularidades, las cuales aseguran son las causantes de que Amílcar Romero resultara nueva vez electo en esta posición en detrimento de la candidatura de Siquio.

Ante el escenario de disgusto que se percibe por doquier, las personas defienden diferentes posturas, las y los ciudadanos opinan a favor y en contra de lo que se hizo o pudo haberse hecho,  y como el dominicano es de buen hablar, con o sin conocimiento, se han creado interesantes aunque no todos bien fundados debates.

Todo el revuelo que ha causado este proceso electivo, que si la JCE no es imparcial,  que si modernizar el proceso fue o no una buena jugada, que si compraron votos, ah… y encanto a esto, es preciso aclarar, que no se debe condenar solo a los partidos políticos que los han comprados,  olvidando la responsabilidad que tienen aquellos que por cualquier cantidad de dinero (que regularmente no pasa de 500 pesos) hayan vendido su derecho a elegir, su conciencia, y el futuro de su país, porque vamos a estar claros, si nadie vende su cédula, el comprarla no será posible.

Antes de participar en cualquier proceso electivo, quienes participan en el mismo deben estar conscientes de que hay dos opciones claras;  o se gana, o se pierde, y tal parece que ese punto no fue entendido, en vez de aceptar los resultados, favorable o no, están llevando al pueblo a la lucha, a los enfrentamientos los cuales generalmente terminan acabando con la vida de algún individuo que suele ser el “pobre Infelí”, que esperamos que este no sea el caso.

Para estos casos de disconformidad, la junta tiene reglamentos que permiten a las y los candidatos pedir revisión,  y esto se puede hacer sin quemas de gomas, sin marchas, sin enfrentamientos, sin violencia, ni pataleos, entonces…  ¿por qué no hacerlo forma pacífica, educada y legal? ¡ah! Esa pregunta me recuerda a un comentario hecho por una señora, “es que en este país el que gana hace trampa y al que pierde le roban los votos”.