No hay dudas de que la campaña electoral para el 2016 girará alrededor de Leonel Fernández. Las salvas de estos días así lo señalan.

 El destino de Leonel determinará las decisiones que se tomen en su partido como en la oposición. Una debilidad de Leonel en el electorado dará fuerzas a Hipólito Mejía para intentar colarse de nuevo a la Presidencia y debilitará la posición de Luis Abinader. 

Un Leonel fuerte obligará a acuerdos en la oposición para enfrentarlo y a considerar mejor al candidato común, posición en la que se encuentra mejor colocado Abinader, como señaló la encuesta Greenberg-Diario Libre. 

Un Leonel débil, pero todavía puntero en su partido, podría motivar movimientos entre los morados para provocar una reelección del presidente Medina, ante el miedo de perder el poder, o al menos, permitiría a los partidarios de Medina negociar en mejores condiciones las candidaturas menores. 

Porque no hay que olvidar que todos los cargos electivos en el país estarán en juego en el 2016 y que los dirigentes medios y de base de las diferentes parcelas y tendencias comen de ese alimento. 

El escenario con un Leonel fuerte es particularmente preocupante para los seguidores de Danilo, pues el ex presidente no tendría obligación de negociar con nadie. Quizás eso explica ciertas conductas de funcionarios del Gobierno que no ven bien a Leonel y que según el rumor, apoyan campañas contra el mismo. 

El juego está aún joven. Hagan sus apuestas.