Aunque bañarse todos los días es la recomendación general para mantenerte limpio, bañarse demasiado puede tener un efecto negativo en tu piel. La capa externa de la piel (llamada stratum corneum o capa córnea) es una barrera hecha de células muertas y endurecidas que protege a las células saludables y vivas, manteniendo tu piel humectada y sana.

Cada vez que te bañas, especialmente si lo haces con agua caliente, con jabón y una esponja, debilitas la capa córnea de tu piel. El agua y el jabón disuelven los lípidos de tu piel, y al tallar el proceso se hace más agresivo. Mientras más te bañas, más dañas la capa córnea y menos tiempo le das a tu piel para repararse de forma natural.

Para algunas personas (especialmente las que tienen piel seca) bañarse todos los días es demasiado. ¿Cómo saber si eres una de ellas? El resultado de bañarte con demasiada frecuencia es piel seca, irritada y agrietada.

Cómo disminuir el daño para tu piel

Prefiere el agua tibia: el agua caliente daña más a la piel.

Sécate al aire: usar una toalla debilita la capa córnea. Si no tienes tiempo de esperar a que el agua se evapore, usa una toalla suave y sécate con movimientos delicados y dando "palmaditas".

Jabón y crema especial: prefiere jabones suaves con tu piel y después de bañarte aplica crema humectante en todo tu cuerpo.

Domingo de no bañarse: aunque la química de cada piel es distinta, tu capa córnea te agradecerá si un día (de vez en cuando) no te bañas.