Lo escenifica una mujer que sea madre:

¡Ay, sí, sí!, ustedes siempre criticándome por mis malas declaraciones acerca del amor. Lo que ninguno sabe es lo que el amor, ese amor endiosado al que todos aspiran, le hace a uno.

¡Ustedes no entienden!  Digo que no creo en él para poder ser libre, ¿Cómo es uno libre amando? ¿Acaso sabe alguien qué bendita libertad es esa? Ese supuesto amor que debes entregar te amarra, en todos los aspectos y aporta más y más deberes. Todo lo que “debes hacer” como mujer completa e integral, para cumplir con el listado de la buena ama de casa del 2016…

Hablando de amor, mañana es el día de las madres en nuestro hermoso, turbulento y recién salido de las elecciones (que parecen no terminar nunca) país. Entonces, ¡hay que felicitar!

Primero, felicito a todo el dominicano vivo, pues tiene o tuvo una madre que lo parió, que molestó mas qu’el diache para sacarle adelante. Esa que te esperaba despierta o dormida, pero te esperaba, a que regresaras de tus bonches, que te regañó cuando quisiste dejar la universidad. Una madre que dominó y con seguridad domina aún, el arte de las chancletas que doblaban esquinas y te enseñó eso del amor, a recibirlo sin haber sido solicitado y sin pedir nada a cambio. ¿Quién más hace eso?

Después, uno se pasa gran parte de la vida entendiendo que debe ser amado incondicionalmente por otros, pero ese amor, el que nos brindara nuestra madre, es irrepetible. Vean, no todo es tan malo con respecto a la palabrita esa, de cinco letras anteriormente mencionada, les diré, que no existe un amor más puro como el que las madres sentimos por nuestros hijos. El mismo que nos dieron de niños, se multiplica en ellos y así en una cadena infinita, de madre a hijo (y a hija, claro), hasta que alguna niña se libere, se empodere de sus derechos y deje de parir.  ¡Ay el amor!

¡Felicidades a todas, en el día de ser madres!, la tarea más hermosa y más difícil. Un abrazo fraterno a todas las madres, en especial a las dominicanas, por esa capacidad de amar que nace involuntaria e increíblemente desde nosotras.