::
:: Una sociedad secuestrada
Una sociedad secuestrada

Por: Cándido Mercedes/Acento - 14/09/2015

Todo nuestro acontecer se expresa en la locuacidad de las zonas grises. Los deslizamientos en el espejo real de la sociedad se anuncian y se producen con esperpento, que el desdibujar el horizonte de la verdad queda truncado en el llanto de la superficialidad; de una sociedad que grita por soluciones vitales que se añuga en la mera banalización: “Sobeida ya tiene su papel de buena conducta. Sobeida tiene un Salón en Puerto Plata”.

Los aparatos ideológicos del Estado nos mantienen en todo un entramado difuso, carentes de agendas societales, nos entretienen con un pan y circo sin imaginación; con una creatividad sin evolución, sin sentido de asumir la sociedad del conocimiento. No hay discursos, no hay ideas. Se sumergen en un ditirambo de cálculos fríos, de un pragmatismo grotesco y brutal; ahistórico, cuyo cuerpo solo cobra sentido en la tómbola de un poder hipnotizado.

El tiempo cambia, empero, para muchos actores y una importante franja de las elites (políticas – económicas – sociales) es como si la sociedad quedase petrificada en el juego de su llanto glorificado del poder. Acuden a los mismos libretos, añejos, cual profesores sin originalidad que utilizan las mismas fichas que cuando comenzaron a impartir docencia, con el contenido de los cursos de los que fueron sus profesores. Pretenden, en medio de un mundo muy complejo, galvanizar y catalizar “sus verdades” sin contrastes y confrontación. La publicidad, entonces, se agota. Los esténtores reproductores del oficio oficial de las verdades comienzan a mirarse en el espanto.

Las complicidades, cristalizador por excelencia del juego de poder y de la persuasión de las bondades de esta sociedad secuestrada, queda trocada en medio de un germen de actores alternativos; sustancial izado en un discurso que disputa los espacios para construir una sociedad más decente, una sociedad donde las leyes no sean meras muecas del decir y no hacer. Los corsarios primitivos prevalecen y anulan, sin objeto doctrinario del futuro la carta sustantiva para acoplar de manera infinita su aura insatisfecha de poder. Se creen, esa fracción de la Clase Política, que constituyen un producto de la selección natural de los más aptos, cuando en realidad, como diría alguien, son en gran medida la resaca de una selección a la inversa.

Los deletéreos efectos de esas acciones transgreden las bases normativas y con ello, prima de manera sistémica las órbitas de la sociedad secuestrada. El rizo brota desconfigurándolo todo, suma total de una sociedad que anida sin dolor en el caos y el desorden social. La anomia social que se acuna y esparce no es una consecuencia fiel de su ausencia, sino de su inobservancia y la degeneración, cuasi en un estado de putrefacción.

Las respuestas en oleadas oficiales se hacen ríspidas. El telón de la novela aunque alcanza el primer objetivo de su esencia, queda al descubierto; los estratagemas, orquestados en silencio y en contrastes del estilo se desnudan. Un desnudo aparatoso, escuálido, helado y cruel, que expresa de manera horripilante el sentido adverso de la política como ciencia y arte del mejor hacer para el diseño de políticas públicas.

En la banalización de una sociedad secuestrada, la relación Estado – Sociedad se circunscribe un ir y venir, de un domingo sempiterno que cobijado en la sombra de institucionalidad pantallea reflectores metódicos planificados, que crean el espacio de la percepción que nos catapulta para el escenario final de la novela. Solo que el telón se abrió y cerró antes que terminara la misma. Las expectativas y esperanzas se convierten en brumas recelosas de un río sin agua y sin cauce. La sequía es la fuente. Ese es su dilema. No hay ni existe proyecto de nación. Solo proyecto de dominación en el ático del poder.

En esta sociedad secuestrada medra como si fuera congénita del homo politicus la corrupción. El tiempo y las referencias de otros países no han servido de nada en la antena y campana de los actores estratégicos. La más larga transición a la democracia no ha podido desmembrar esa hiedra venenosa y cancerígena al cuerpo social. Al contrario, las modalidades, dimensiones y creatividad han desbordado los límites.

En mi ingenuidad creí que a partir de 1978 la corrupción amenguaría de manera significativa. ¡Error y horror! El pastel crece y el rentismo en el Estado se transforma y no hace más que ampliar el círculo de beneficiados con los más diversos y variopintos negocios, que desde la esfera pública se lleva a cabo. La realpolitik es sumamente desaforada en la sociedad secuestrada. Lo que dijeron ayer lo niegan hoy, abusando de la amnesia colectiva de un pueblo que en la lucha por la sobrevivencia se olvida de ese ayer, porque mañana la noticia será más destemplada. Si a eso le adicionamos la cuasi amnistía penal (la impunidad se pavonea a cuerpo de rey) el resultado es un discurso legitimador de la sociedad banalizada.

Los indicadores sociales están ahí: 53 muertes por dengue; 26 niños mueren de cada 1000; la mortalidad materna más alta de toda la región; la tasa de embarazos en adolescentes cuasi líder en el mundo; el segundo país en el mundo con más muertos en accidentes de tránsito; la tasa de feminicidios realmente espeluznante; la tasa de suicidio crece y la tasa de victimización aumenta de tal forma que la violencia y la inseguridad se han convertido en una pandemia social.

La marea de la sociedad asaltada encuentra su máxima expresión al encontrarnos como si estuviésemos frente a un Estado islamista, un Estado donde domina el Opus Dei y fuera la clave. Allí, donde el Estado desconoce sus leyes, solo prospera la dinámica de la socialización de la banalización, cimentándose el caos y el desorden social que produce esta sociedad secuestrada. ¡Es un modelo de gobernanza organizado al servicio de una casta que exprime y excluye en aras de su poder privilegiado!





No hay Comentarios Agregados...



:: Ultimos 30 días


*** Si no encuentra la noticia, búsquela por fecha ***
¿Donde Comer? Restaurantes, Fast Foods, Cafeterias, etc.
¿Donde Dormir? Hoteles, Moteles, Posadas, etc.
¿Que Visitar? Balnearios, Museos, Lugares Turísticos, etc.
¿Vida Nocturna? Centro de Diversión, Bares, Cafes, etc.
¿Eventos Próximos? Presentaciones, Fiestas, Conferencias, etc.
¿Necesitas Llamar? Busca aquí el número de Teléfono