Los 320 policías se bajan uno a uno de las 120 patrullas que se distribuyen por las calles y comienzan a pasearse armados entre los restaurantes y las tiendas, frente a la iglesia y la heladería, ante la atónita mirada de familias, parejas de enamorados, jóvenes que van de antro y turistas que no dan crédito.

- ¿A quién mataron?- preguntan algunos.

No es Acapulco ni Ciudad Juárez, pero hay una gran movilización policíaca en la colonia Condesa, uno de los barrios bohemios más concurridos y afamados del país en plena Ciudad de México del que poco saben los transeúntes, pero que lleva un nombre muy representativo de lo que ocurre en los últimos días: “Operativo Yo no Pago Extorsión”.

Desde el fin de semana y hasta hoy, el gobierno de la Ciudad de México levanta encuestas y va de bar en bar “hurgando por información” porque los restauranteros y dueños de bares y discotecas dicen que el cártel Jalisco Nueva Generación les cobra derecho de piso y extorsiona mientras las cifras oficiales dicen lo contrario.

Que sí hay 330 denuncias en la ciudad por extorsión, pero sólo una en la Condesa.

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“No habíamos denunciado –reviran los comerciantes- por miedo”; pero el asesinato de su colega Marco Antonio Cardona, el pasado 5 de julio les movió la lengua.

Cardona fue literalmente cazado por dos sicarios que lo esperaron afuera de su negocio (el bar Life) dando vueltas en círculo en una camioneta lobo durante media hora para vaciarle la pistola en la cabeza apenas el empresario se acercó con su coche acompañado de una supuesta amante cubana quien desapareció horas después de narrar los hechos al ministerio público.

El MP tiene hasta ahora tres líneas de investigación: un asunto pasional, deudas del empresario y la extorsión que, según versiones de la prensa local, se había negado a pagar al cártel Jalisco nueva Generación que se extiende hasta el Distrito Federal a través de la célula de narcomenudistas “La Unión”.

Desde el año 2013, La Unión es señalada como la organización que controla la venta y distribución de droga en la zona. La Asociación Nacional de Industrias, Bares y Centros de Espectáculos reveló que muchos de sus empleados son obligados a introducir estupefacientes a los negocios y vigilan la caja para quedarse hasta con el 40% de las ganancias.

En mayo de ese año fue asesinado el narcotraficante Horacio Vite cuando distribuía droga en el bar Black, a unas calles del bar Life.