Más de 200 personas se dieron cita en la esquina de la calle 45 y la Quinta avenida, en el área de Sunset Park, para exigir la renuncia del comisionado de Policía, Bill Bratton, y el despido de los oficiales que agredieron a una mujer embarazada en Brooklyn, en un incidente registrado la semana pasada.

Los participantes marcharon 15 cuadras hasta llegar frente a la estación de policía 72, donde trabajan los uniformados, que tras golpear a Sandra Amézquita -con cinco meses de embarazo- la tiraron al pavimento, en un hecho que fue grabado desde un celular.

"Queremos la renuncia del comisionado Bill Bratton y el despido de los responsables del ataque a la mujer que lo único que trató fue de proteger a su hijo -quien fue detenido y ‘cacheado’ por la Policía”, dijo Dennis Flores, fundador de El Grito de Sunset Park, grupo que convocó a la marcha.

Ronel Lemus, esposo de Amézquita encabezó la actividad. La agredida no pudo asistir porque se encuentra delicada de salud, según se informó.

Lemus, tras agradecer a los presentes por su asistencia, expresó en tono entrecortado “es algo que no deseo que ninguna familia de nuestra comunidad pase por lo que nosotros estamos atravesando”.

A la convocatoria también asistió la congresista Nydia Velzquez. “Exigimos una respuesta inmediata de la Policía por sus actos. No toleramos ni un solo acto de violencia más en contra de la comunidad”, sentenció.

Otro de los asistentes fue el concejal Carlos Menchaca, quien dijo que es importante escuchar los problemas de la comunidad y la Uniformada, diseñar soluciones y ponerlas en marcha. “No podemos dejar que estos incidentes destruyan la fe que tenemos en el trabajo que hacen los buenos policías”, subrayó.

El abogado de la embarazada, Sanford Rubinstein, anunció que se reunirá con el fiscal de Brooklyn, el martes, para pedir que se adelante una investigación paralela a la que está llevando el Departamento de Policía de la ciudad (NYPD), para determinar la responsabilidad de los agentes.

“Queremos policías que nos cuiden, no que nos maltraten”, asintió Francisco Valdés, residente del área por más de 40 años,  y quien recordó que la actitud de violencia por parte de los miembros de la estación de policía 72 “va peligrosamente en aumento;  tenemos que detenerla antes que se ponga peor”.