Por: El Día - 29/04/2024
Maryam Alwan pensó que lo peor había pasado luego que la unidad antidisturbios de la policía de la ciudad de Nueva York la arrestara a ella y a otros manifestantes en el campus de la Universidad de Columbia, los subiera a autobuses y los mantuviera bajo custodia durante horas.
Pero la noche siguiente, la estudiante universitaria recibió un correo electrónico de la universidad. Le informaba que ella y otros estudiantes habían sido suspendidos luego de sus arrestos en el “Campamento de Solidaridad con Gaza”, una táctica que las universidades de todo el país han implementado para calmar las crecientes protestas universitarias contra la guerra entre Hamás e Israel.
Las repercusiones para los estudiantes se han convertido en una parte central de las protestas, y estudiantes y un número creciente de profesores exigen su amnistía. La cuestión es si las universidades y la policía eliminarán los cargos y no aplicarán otras consecuencias, o si las suspensiones y los antecedentes penales seguirán a los estudiantes hasta su vida adulta.
Los términos de las suspensiones varían de un campus a otro. En Columbia y su afiliado, Barnard College para mujeres, Alwan y docenas de estudiantes más fueron arrestados el 18 de abril y rápidamente se les prohibió el acceso al campus y a las clases —en persona o virtualmente—, así como a los comedores.
Quedan dudas sobre su futuro académico. ¿Se les permitirá presentar los exámenes finales? ¿Qué pasa con la ayuda financiera? ¿Con la graduación? Columbia dice que los resultados se decidirán en audiencias disciplinarias, pero Alwan señaló que no le han dado una fecha.
“Esto parece muy distópico”, agregó Alwan, quien estudia Literatura Comparada y Sociedad.
Lo que comenzó en Columbia se ha convertido en un enfrentamiento a nivel nacional entre estudiantes y administradores por las protestas contra la guerra y los límites de la libertad de expresión. En los últimos 10 días, cientos de estudiantes han sido arrestados, suspendidos, puestos bajo periodo de prueba académica y, en casos inusuales, expulsados de universidades incluidas la Universidad de Yale, la Universidad del Sur de California, la Universidad de Vanderbilt y la Universidad de Minnesota.
Barnard, una universidad de Bellas Artes para mujeres en Columbia, suspendió a más de 50 estudiantes que fueron arrestadas el 18 de abril y las desalojó de sus viviendas en el campus, según entrevistas con alumnas e informes del Columbia Spectator, el periódico del campus, que obtuvo documentos internos de la universidad.
El viernes, Barnard anunció que había llegado a acuerdos para restablecer el acceso al campus para “casi todas” ellas. Un comunicado de la universidad no especificó el número, pero dijo que todas las estudiantes a quienes se les levantaron las suspensiones han aceptado seguir las reglas de la universidad y, en algunos casos, fueron puestas en periodo de prueba.
No obstante, la noche de los arrestos, Maryam Iqbal, estudiante de Barnard, publicó en la plataforma de redes sociales X una captura de pantalla del correo electrónico de un decano que le notificó que podía regresar brevemente a su habitación acompañada por miembros de seguridad del campus antes de ser expulsada.
“Tendrá 15 minutos para reunir lo que pueda necesitar”, decía el correo electrónico.
Más de 100 profesores de Barnard y Columbia organizaron una “manifestación para apoyar a nuestros estudiantes” la semana pasada en que condenaron los arrestos de estudiantes y exigieron que se levantaran las suspensiones.
Columbia aún presiona para retirar el campamento de tiendas de campaña en la explanada principal del campus donde se celebrará la graduación el 15 de mayo. Los estudiantes han exigido que la escuela corte los vínculos financieros con empresas que tienen lazos con Israel y garantice amnistía para los estudiantes y profesores arrestados o disciplinados en relación con las protestas.
Las conversaciones con los estudiantes manifestantes continúan, dijo Ben Chang, portavoz de Columbia. “Tenemos nuestras demandas; ellos tienen las suyas”, agregó.
Para los estudiantes extranjeros que enfrentan una suspensión, existe el temor adicional de perder su visa, dijo Radhika Sainath, abogada de Palestina Legal, un grupo centrado en la defensa de quienes apoyan los derechos de los palestinos, quien ayudó a un grupo de estudiantes de Columbia a presentar una demanda federal de derechos civiles contra la escuela el jueves. Acusa a Columbia de no hacer lo suficiente para abordar la discriminación contra los estudiantes palestinos.
“El nivel del castigo ni siquiera es sólo draconiano, sino que se siente como de una insensibilidad desmesurada”, agregó Sainath.
Más de 40 estudiantes fueron arrestados en una manifestación en Yale la semana pasada, incluido Craig Birckhead-Morton, estudiante de último año. Debería graduarse el 20 de mayo, pero dice que la universidad aún no le ha informado si su caso se presentará ante un panel disciplinario. Le preocupa si recibirá un diploma y si podría estar en riesgo su aceptación en la Facultad de Posgrados de Columbia.
“La escuela ha hecho todo lo posible por ignorarnos y no decirnos qué sucederá después”, expuso Birckhead-Morton, estudiante de Historia.
En todo el país, los administradores universitarios han luchado por equilibrar la libertad de expresión y la inclusión. Algunas manifestaciones han contenido discursos de odio, amenazas antisemitas o apoyo a Hamás, el grupo que atacó a Israel el 7 de octubre y desató una guerra en Gaza que ha dejado más de 34.000 palestinos muertos a manos de fuerzas israelíes.
Las ceremonias de graduación de mayo añaden presión para despejar los campamentos de las manifestaciones. Las autoridades universitarias afirman que los arrestos y suspensiones son un último recurso y que dan múltiples advertencias de antemano para despejar las áreas de protesta.
La Universidad de Vanderbilt, en Tennessee, ha emitido las que se cree que son las únicas expulsiones de estudiantes relacionadas con las protestas por el conflicto entre Israel y Hamás, según el Instituto para la Comprensión de Oriente Medio, una organización que proporciona información a los periodistas sobre los palestinos y los palestino-estadounidenses. Más de dos docenas de estudiantes ocuparon la oficina del rector de la universidad durante varias horas el 26 de marzo, lo que llevó a la universidad a llamar a la policía y arrestar a varios manifestantes. Luego, Vanderbilt emitió tres expulsiones, una suspensión y puso a 22 manifestantes bajo periodo de prueba.
En una carta abierta al canciller Daniel Diermeier, más de 150 profesores de Vanderbilt criticaron la represión de la universidad como “excesiva y punitiva”.
El estudiante de primer año Jack Petocz, de 19 años, uno de quienes fueron expulsados, puede asistir a clases mientras apela. Lo han desalojado de su dormitorio y ahora vive fuera del campus.
Petocz dijo que protestar en la escuela secundaria fue lo que lo ayudó a ingresar a Vanderbilt y conseguir una beca por mérito para activistas y organizadores. Su ensayo universitario trataba sobre la organización de paros masivos en protesta en zonas rurales de Florida para oponerse a las políticas anti LGBTQ del gobernador Ron DeSantis.
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