Los Mets  sabían que el retorno de José Reyes a Nueva York no sería un camino corto de éxitos inmediatos. El dominicano que recibió un contrato de liga menor la pasada semana está agotando en las menores la primera etapa del proceso que lo podría hacer retornar a las Grandes Ligas en los próximos días.

Mientras tanto, la vida de Reyes en Nueva York, tanto fuera como dentro del terreno de juego, no ha sido tan placentera como aquella vez que llegó al equipo grande como una joven promesa en el 2003.

El jugador del cuadro ha participado en tres partidos de liga menor desde que se reportó a los Cyclons de Brooklyn el pasado sábado. No ha podido conectar imparables en nueve visitas oficiales al plato, cometiendo un error en la defensa jugando como tercera base.

El equipo de Queens desea que todo lo que suceda en torno a Reyes sea tomado con calma. Entienden que su adaptación a una nueva posición defensiva (tercera base) puede ser un proceso lento y no están dispuestos a subirlo al equipo hasta que el jugador no sienta las sensaciones de estar listo para asumir el papel de sustituto del lesionado David Wright en la antesala del equipo mayor.

“José es el primero que desea estar listo para jugar, pero es muy consciente y maduro de que necesita trabajar aún más en las menores para estar en plenitud de forma. No quiere decepcionar. No lo veo ansioso y desea que las cosas marchen poco a poco”, dijo Sandy Anderson, gerente general de los Mets.

Reyes fue contratado por los Mets tras ser dejado libre por los Rockies de Colorado luego de cumplir 10 días en la lista de asignación y nadie reclamar sus servicios. Recibió 34 millones de dólares del resto de su contrato hasta el 2017 luego de cumplir una sanción de 52 días de suspensión por violar las normas de violencia doméstica contra su esposa el pasado 31 de octubre en un hotel de Hawái en un caso que no llegó a la justicia por falta de colaboración con los investigadores de parte de su compañera sentimental, Katherine Ramírez.

Su acuerdo con los Mets desató algunas protestas de parte de sectores feministas de la ciudad que manifestaron su rechazo: “La violencia doméstica mata a miles y miles de mujeres cada año y el deporte profesional debe tomar esto muy en serio. Los Mets deberían estar avergonzados”, afirmó Melissa Mark Viverito, presidente del Consejo Municipal de la ciudad y reconocida activista feminista que pertenece al Partido Demócrata.

En una ciudad como Nueva York en donde los sectores que respaldan los derechos de la mujer gozan de mucho respaldo, la llegada de Reyes era tan solo el preludio de una ola de protestas que los mismos Mets aún desconocen.