Aunque mostraba un perfil tranquilo, Ambiórix Nepomuceno Rodríguez, acusado de matar a la abogada Paola Languasco, presuntamente estaba ligado a miembros de la banda de los Latin King.Además, durante el allanamiento en su apartamento, del residencial Jardines del Norte en Santiago, los investigadores hallaron dos libros que en su contenido e imágenes promueven los ritos satánicos o de violencia. Uno de estos libros, de acuerdo a los datos ofrecidos por los investigadores del hecho, mostraba imágenes de como golpear a mujeres y otra sadomasoquista, maltratando y teniendo sexo con una fémina. Según la fuente, tras reportar a Paola Languasco como desaparecida, la mayor sospecha fueron las constantes entradas y salidas de Nepomuceno Rodríguez al país. 

Las investigaciones

El apartamento, donde se dice ocurrió el hecho, fue adquirido por el presunto homicida, quien se dice es nativo de Cotuí, pero al parecer lo utilizaba como refugio cuando venía desde España, pues presuntamente era buscado por las autoridades, debido a que con su arma de fuego ultimaron a un hombre en San Francisco de Macorís. “Lo que sé es que tomaba mucho y uno de los acusados, quien fue deportado por drogas y pertenecer a los Latin King confirma que Nepomuceno usaba drogas”, adujo la fuente. 

El cuerpo de Paola Languasco fue hallado en una alcantarilla cercana al residencial, a 19 días de reportada como desaparecida por su padre y también jurista Leopoldo Languasco. El pasado 27 de abril, el juez de atención permanente, Luis Nobel, dictó un año de prisión preventiva contra Cristino Antonio Mármol Núñez y Lariel Alejandro Pichardo Marte, “Colita”, mientras Nepomuceno Rodríguez, fue apresado en España, luego que las autoridades dominicanas lo pidieran en extradición. 

Dicen no mostraba actitud violenta

Nepomuceno vivía en el apartamento CI del residencial E+V-II y según sus vecinos, nunca mostró temperamento violento. En el mismo hay colocada una cinta y un letrero que indican está secuestrado por la fiscalía de Santiago,  con la orden 3048-45. Narciso García, apenas lleva tres meses como portero del edificio, dijo que lo vio pocas veces, pero en estado violento.