El arribo de Jackie Robinson a las Grandes Ligas hace 68 años cambió el juego para siempre, con el fin de la segregación racial, pero la llegada del montecristeño Osvaldo Virgil nueve años más tarde (1956) abrió la puerta que ha producido uno de los mayores cambios en la composición étnica del juego hasta nuestros días.

En 2015, sólo los peloteros blancos superarán a los dominicanos cuando se desgrana la estructura etnográfica de la Major League Baseball. Es el tercer año en fila que los de la margen oriental de La Hispaniola logran la posición, si bien han cedido terreno.

En 2013, los paisanos de Luperón ocuparon esa cima por vez primera, con el 11% contra el 8% de los negros estadounidenses.

Los afroamericanos, que tuvieron en Robinson su gran motivador, y en la actualidad son una población de 41 millones de personas (cuatro veces más que la dominicana), están representados con 68 peloteros, para un 7.8% del total en nómina, de acuerdo con un estudio del USA Today.

Al Día Inaugural 2015 los jugadores nacidos en Quisqueya totalizaron 82 para un 9.6%. Es la misma proporción que en 2014. Una porción considerable cuando se agrega el efecto Venezuela, que pasó de 21 jugadores en 1990 a 59 en 2015.

La irrupción masiva criolla a partir de la década de 1970 se impuso sobre el resto de "minorías". 

Cuba, que estrenó nativos en diamantes ligamayoristas en 1911 (Armando Marsans y Rafael Almeida, el mismo día) fue el primer gran productor superado, pero cabe resaltar que esta se vio diezmada por la anulación del profesionalismo y, con él, el fin del fichaje de jugadores en su suelo, justo cuando los dominicanos comenzaban a encantar a los equipos de la MLB.

Cuando triunfó la revolución en la mayor de las Antillas en 1959 había 17 cubanos en Las Mayores y un dominicano. Fue en 1973 que los duartianos les dieron caza a los de Martí (21-16), de acuerdo a baseball-almanac.com.

Puerto Rico, que se estrenó en el Big Show en 1942 con Hiram Bithorn, fue el próximo en caer. El objetivo se logró en la campaña 1978, cuando el país tuvo por vez primera más toleteros que la vecina isla con 32 contra 25. 

Los afroamericanos, que han aportado al juego íconos como Hank Aaron, Willie Mays y Barry Bonds, lograron su tope en 1986, cuando fueron el 19%, pero en lo adelante comenzó el declive.

Una agresiva campaña de la MLB con programas especiales para recuperar el interés en este segmento parece estar rindiendo frutos. En 2013 fueron seleccionados siete de ellos en la primera ronda del sorteo y cinco jugadores formados en el programa Urban Academy (uno de los proyectos dirigidos para el rescate) ya están en rosters de 40.

El tope se logró en 2007

Si bien los criollos hoy dominan, y han mantenido una presencia de entre 75-85 jugadores en los últimos 15 años, el porcentaje que tienen hoy no es el mayor. De acuerdo con el estudio "Efectos de la MLB en la Economía y Desarrollo en la República Dominicana", realizado por la universidad George Mason, en 2007 los quisqueyanos lograron su tope cuando fueron 11.5% de los jugadores al inicio de la campaña. De los 223 jugadores nacidos en el extranjeros que comenzaron la actual campaña los criollos fueron el 37% en un arcoiris de 16 nacionalidades con representación en el más exigente escenario del béisbol.

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