Algo huele mal en las lavanderías industriales no reguladas de la ciudad. A diferencia de las lavanderías públicas, controladas por el Departamento de Asuntos del Consumidor (DCA), en aquellas no sólo cometen violaciones sanitarias sino que se han convertido en centros de explotación, según denuncian extrabajadores y funcionarios de la ciudad.

“Es un asunto de salud pública. Estos lugares requieren cuidados por la exposición a químicos”, dijo a El Diario el concejal demócrata de El Bronx Ritchie Torres, quien presentará hoy una legislación para frenar los abusos.

El proyecto de ley requerirá que las lavanderías industriales tengan licencias del DCA, al igual que las compañías que llevan y traen las prendas entre los hoteles y hospitales y las lavanderías, y cuyos empleados también entran en contacto con productos nocivos. La legislación también promueve mejores estándares laborales, incremento del salario mínimo, mejor ventilación, limpieza adecuada de los espacios y el desecho adecuado de algunos químicos.

Torres explicó que la falta de regulación en estas lavanderías afecta sobre todo a inmigrantes latinos que son mal pagados, explotados y trabajan en malas condiciones. “No hay explicación de porqué las lavanderías industriales no son reguladas, pero sí las residenciales”.

Entre las personas afectadas por la falta de regulación está Libia Sanguilán, quien fue despedida de la lavandería Carnegie Linen, en El Bronx, que enfrenta varias quejas por explotación en la oficina laboral. “Me fui en junio de 2014. La paga y el tratamiento eran horribles. La compañía cortó mis pagos y me negó vacaciones. Todavía me deben la última semana”, contó en un e-mail a El Diario Sanguilán, quien trabajó por varios años en la Carnegie Linen y en Carnegie Valet, de los mismos dueños.

Patricia Ramírez (45) trabajaba de noche en Carnegie Linen, donde dice que le pagaban mal y la presionaban mucho. “Trabajé cuatro años. Los baños permanecían sucios, al igual que los comedores. No pagaban los festivos”. Lo peor, explica la madre de cuatro, fue cuando cambió a Carnegie Valet, y le rebajaron el salario como si fuera nueva.

Megan Chambers, activista del sindicato Workers United, dijo que estas lavanderías emplean a cinco mil personas en el área metropolitana, 75% de las cuales son hispanas. “Más de dos mil trabajan en pésimas condiciones”, denunció.

Según Chambers, esta industria ha funcionado sin supervisión a pesar de que ofrece un servicio al público. Tampoco la Oficina de Salud Ocupacional (OSHA) supervisa el tema de los químicos y los contaminantes, por el hecho de que se ocupa más de la seguridad de las máquinas y otros aspectos.

“Hay gente que ha resultado herida mientras trabaja y no ha recibido cuidado médico adecuado”, explicó la sindicalista. “Algunos empleados que deben manipular sábanas de hospitales cubiertas de sangre o con fluidos contaminantes no tienen la protección adecuada. Hay casos de trabajadores que son obligados a trabajar demasiado rápido y sus dolores en las articulaciones se vuelven crónicos. Al no haber regulación, algunas compañías no hacen cumplir cuidados básicos como uso permanente de guantes y máscaras y otros cuidados”.

Por fortuna, algunos trabajadores sí están sindicalizados. Tal es el caso de Emily González (22), empleada de la lavandería Amertex, en El Bronx, donde trabaja en buenas condiciones desde hace 5 años. “Pertenezco al sindicato y podemos expresar nuestras opiniones sin temor”, aseguró. “Los jefes entienden si hay razones claras para retrasos. Mi lugar tiene buenas condiciones de ventilación. Siempre hay buena información. No usamos ciertos químicos. Los dueños arreglan los problemas de inmediato”.

González se ha unido a las protestas frente a lavanderías que cometen irregularidades. “Conozco lugares que en verano son muy calientes por las mismas máquinas y algunas mujeres se desmayan. Los trabajadores son explotados o pueden ser despedidos”.

El concejal indicó que tiene altas expectativas. “He hablado con mis colegas y estoy seguro de que vamos a aprobar esta legislación. Puede durar varios meses, pero va a salir adelante”, expresó.