Sosteniendo la mano de su madre o un juguete, miles de niños han emigrado a EEUU con "heridas ocultas" que ponen a prueba el acceso a los pocos terapeutas bilingües en el país.

Huyen de un clima de violencia, abuso doméstico, o de pandillas que les impiden una infancia sana, pero pueden sufrir traumas en su viaje.

Una salvadoreña que se identificó como "Patricia", dijo que huyó con sus dos hijos, de 2 y 4 años, porque su esposo la maltrataba, y las pandillas la amenazaban de muerte. La policía nunca investigó.

"A estas alturas, estaría muerta con mis hijos si me hubiera quedado. Espero que Dios me ayude para que podamos quedarnos y estemos a salvo del peligro", dijo Patricia, quien viajó 15 días en autobús hasta Texas.

Los más de 60 mil niños detenidos en la frontera desde octubre pasado se topan con un sistema que quiere expulsarlos y, según expertos, muchos de los que se queden necesitarán ayuda para sus traumas.

Es la parte de la narrativa actual de la que poco se habla pero que requiere un plan de contingencia.

"Las historias que escucho de los papás son algo horrible, y lo son mucho más para un niño. Les ayudamos en la frontera pero se están dispersando a otras comunidades y necesitan atención", dijo Norma Pimentel, una monja de Caridades Católicas que ayuda en la Iglesia Sagrado Corazón en McAllen (Texas).

En la clínica Mary´s Center en Washington, el pediatra Christian Cornejo ha visto un incremento por cuatro, respecto a 2013, de niños migrantes con traumas por abusos sufridos en el camino o en su país, o con dolencias agudas.

"Puedo tratar a niños con tos, fiebre, pero para la parte emocional, necesitan terapeutas. Los niños son muy sinceros y claros al contar lo que les ha pasado", señaló.

Muchos de los niños estuvieron bajo la tutela de abuelos o tíos y se reunirán por primera vez con sus padres tras una ausencia de años.

Eso, sumado a la adaptación a un nuevo país, idioma y escuela, pinta un ajuste difícil para toda la familia, explicó.

Nancy Navarro, concejal del Condado de Montgomery (Maryland) dice que la crisis acentuará la demanda de servicios.

"Tenemos una escasez de terapeutas bilingües… estamos creando un plan porque sabemos que esto tendrá un impacto presupuestario", dijo.

La falta de intérpretes y profesionales bilingües puede interferir con el diagnóstico y tratamiento adecuados para los pacientes.