Un avión de pasajeros de Malaysia Airlines con 295 personas fue derribado ayer en una ciudad del este de Ucrania.La aeronave parecía haberse despedazado antes del impacto y los restos estaban dispersos en una amplia zona en el poblado de Grabovo, un poblado del oriente ucraniano controlado por los rebeldes, a unos 40 kilómetros (22 millas) de la frontera con Rusia.

Tanto el gobierno como los separatistas pro rusos que combaten en la región rechazaron cualquier implicación en la caída de la aeronave. El poblado está bajo control de los separatistas pro rusos y en los últimos días la zona ha sido escenario de intensas batallas entre ambos bandos. 

El campo alrededor de los restos ardientes estaba humeando y repleto de partes humanas y de pertenencias de los pasajeros. Malaysia Airlines dijo que 280 pasajeros y 15 tripulantes iban a bordo del vuelo, en trayecto de Ámsterdam a Kuala Lumpur. El presidente ucraniano Petro Poroshenko dijo que las fuerzas armadas de su país no lanzaron proyectil alguno contra algún objetivo aéreo. Los rebeldes prorrusos también se deslindaron del incidente y culparon a las fuerzas armadas ucranianas.

En Washington, autoridades de inteligencia de Estados Unidos creen que un misil tierra-aire derribó un avión de pasajeros en el este de Ucrania, dijo un funcionario estadounidense, pero el gobierno de Obama aún trata de confirmar quién fue responsable de disparar y si murieron estadounidenses en el incidente.

El vicepresidente Joe Biden dijo que el hecho “no fue un accidente” y señaló que el avión “fue reventado en el cielo”. Sin embargo, Biden advirtió que Estados Unidos aún estaba buscando detalles sobre la causa de la caída del aparato y sobre reportes de que había ciudadanos estadounidenses a bordo. 

Entre las preguntas que aún falta responder, está si el misil fue lanzado desde el lado ruso o ucraniano de la frontera que comparten, de acuerdo con el funcionario, quien insistió en mantener el anonimato porque no estaba autorizado a discutir el tema públicamente.