El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, exhortó el miércoles a la oposición republicana a que "escuche la voluntad del pueblo" y permita, de una vez por todas, la votación del proyecto de reforma migratoria en la Cámara de Representantes, que domina.

"Instamos a los republicanos de la Cámara a escuchar la voluntad del pueblo estadounidense y llevar la reforma migratoria al pleno de la Cámara para su votación", dijo Obama en una declaración emitida desde la Casa Blanca.

"La mayoría de los que viven en Estados Unidos están por delante de los representantes republicanos en esta cuestión crucial, y existe un amplio apoyo para la reforma, incluso entre los demócratas y los republicanos, sindicatos y negocios, y grupos religiosos y de agentes del orden", acusó Obama.

Su llamamiento se produce el mismo día en que se cumple un año de la presentación en el Senado de una propuesta de ley migratoria bipartidista que acabó siendo aprobada en esa Cámara a finales de junio.

Desde entonces, sin embargo, la normativa está bloqueada por la Cámara baja, en la que la mayoría republicana ha rechazado una y otra vez permitir el avance de cualquier iniciativa migratoria, incluso una propuesta similar a la del Senado.

"Los republicanos no han hecho nada más que ofrecer excusas por su fracaso"

"Los republicanos no han hecho nada más que ofrecer excusas por su fracaso a la hora de actuar", lamentó también la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Pero este llamado coincide también con un momento difícil para la Administración de Obama, que sufre crecientes presiones por parte de los activistas y migrantes, que aunque eran sus aliados, su paciencia puede agotarse pronto.

Ante la falta de avances en el Congreso, muchos activistas han apuntado, los últimos meses, sus demandas a la Casa Blanca, a la que reclaman que actúe por la vía ejecutiva, esto es, emitiendo decretos, para al menos paliar las deportaciones récord, que continúan separando familias mientras no se logre una reforma migratoria que dé una solución de fondo.

Obama ha encargado a su secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, hacer una revisión de las prácticas de deportación para ver si éstas se pueden implementar de una forma más "humana". Sin embargo, ya ha señalado que no puede actuar a golpe de decreto y que la solución deberá pasar por el Congreso.

El mandatario "enfatizó que su administración podría tomar medidas para mejorar el cumplimiento de las leyes de inmigración y administrarlas mejor, pero nada puede sustituir la certeza de la reforma legislativa y la solución permanente que sólo el Congreso puede lograr", subrayó también la Casa Blanca en un comunicado.

Y en entrevista con la cadena Fusion, también la directora de Política Nacional de Obama y su mano derecha en materia migratoria, Cecilia Muñoz, confirmó que el mandatario no hará uso de su autoridad ejecutiva para paliar las deportaciones, con el argumento de que "no hay sustitutos para una reforma migratoria".

"Lo que la gente está pidiendo es que el presidente diga que no va a aplicar la ley frente a ocho o diez millones de personas, que es más de lo que la autoridad ejecutiva permite hacer", aseveró Muñoz.

"La respuesta es, y siempre ha sido, legislación. (...) Si realmente hay preocupación por la separación de familias, la respuesta está en el Congreso", subrayó. "Los republicanos son responsables de la situación actual y está en sus manos resolverlo", insistió.