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:: El linchamiento cibernético en RD
El linchamiento cibernético en RD

Por: Andrés Merejo/Acento.com.do - 28/10/2016

El linchamiento cibernético que también se conoce como digital en la sociedad dominicana tiene rostros y va dejando su impronta en cuanto a que en su inmensa mayoría este no viene de ciberturba, que son grupos de sujetos que no guardan ninguna relación con una conciencia de ciudadanía. Todo lo contrario, los linchamientos cibernéticos entran al ámbito académico, estudiantil, cultural y político, los cuales están constituidos por inmigrantes, net, nativos digitales con esos rasgos de “multitudes inteligentes”.

El engreimiento, la arrogancia encarnada en sujetos que se consideran eternos en el poder artístico, político, deportivo o de otras índoles los van obnubilando hasta el punto que no se dan cuenta de sus propias actuaciones, las cuales van sembrando indignación a lo largo y ancho de la República Dominicana. Esa prestancia de poder hace olvidar a esos sujetos su origen de clase social, quienes pretenden borrarla u ocultar esa tradición histórica caracterizada por el hambre, la miseria social de una dominicanidad de cultura autoritaria y caracterizada por la carencia de trabajo, placer y consumo.

Por eso, su ascenso a cierta posición social les ha permitido salir a estos sujetos de esas carencias sociales, de esa cultura material de la miseria y de la pobreza, pero no de su pobreza y miseria cultural cuando actúan de forma agresiva y arrogante, en la que el maltrato físico, psicológico hacia una persona lo ven como normal y sus discursos agresivos hacia lo social los adornan de “éxito” en la vida, de grandeza como triunfadores; pero sin darse cuenta estos sujetos que ellos van minando las redes sociales hasta llegar a un punto de saturación en el que son linchados digitalmente.

Es por eso que estos linchamientos han sido el resultado de comportamiento expresado en discursos y en conductas no deseadas, en las cuales políticos, artistas, peloteros y profesionales que han cosechado fama se colocan en la sociedad como si fuesen una elite, dioses o semi dioses intocables ante las leyes dominicanas.

Es de ahí, que a estos sujetos que se les ha linchado, también les han caído sus tormentas de excrementos y muchas veces se les aniquila totalmente. Es en este sentido que vamos a hacer un recuento de algunos de estos personajes que han sido linchados y los cuales se encuentran en el mundo artístico, político y deportivo, entre otras áreas de la vida social dominicana.

Comenzaremos con el caso del expelotero de Grandes Ligas Samuel – Sammy – Sosa, que se encuentra entre los primeros linchamientos cibernéticos que se conocen en la República Dominicana en cuanto a los excrementos que le cayeron y que todavía siguen hediendo. Este caso data de 2009 cuando comenzó todo un proceso de desmonte total de su rostro, el cual pasó de color negro a blanco, y no conformándose con tal cambio de rostro ha seguido como todo un Narciso desdichado buscando pureza en su piel, por lo que al parecer tal proceso no tiene fin.

Sammy Sosa ha logrado transformar su cara de color negro a blanco con ojos verdes y el cabello rizado, tratando de negarse a sí mismo, aumentando en su piel la blancura y en la medida que lo va haciendo en esa misma medida va disminuyendo su estima y su condición de negar la dominicanidad de negros y mulatos. Estas actuaciones lo han empequeñecido hasta verse en estos días que corren reducido a un espectro social. Su imagen como símbolo del deporte dominicano se esfumó como mito y entró como historia, en cuanto a conflicto por pretender ser otro, al dejar atrás esa leyenda que data de 1998, cuando Sammy Sosa (líder en el mundo de los cuadrangulares) se enfrascó en una pulseada heroica con Mark McGwire, quien logró el récord de 61 jonrones.

Del mito a la historia fácilmente se pasa al desencanto, a la esfumación y al olvido con dolor y amargura, tal como ha pasado en la sociedad dominicana con Sammy Sosa, el cual buscaba ser otro, pero como no sabía que las redes sociales le fueron configurando un rostro, el Drácula o Michael Jackson dominicano que vive untándose una crema de excremento que embarró la sociedad.

Es, por eso que su historia como expelotero de las Grandes Ligas quedó desfigurada en las redes sociales hasta el punto que fue linchando de una forma tal que tuvo que irse del país, la negación de sí mismo no deja por eso de ser negación de su dominicanidad, lo cual es una forma de legitimar su conducta con un discurso ridículo al creer que su linchamiento cibernético se debió a que supuestamente se le tiene envidia. La pobreza espiritual en que vive Sammy no es proporcional a lo que ha significado para la sociedad dominicana. Al parecer esta pobreza lo ha empequeñecido y su riqueza material lo ha deprimido.

A Sammy lo persigue la fractura que ha dejado en la sociedad dominicana, el cual lo recordará como unos de los mejores ex peloteros de las Grandes Ligas que se negó a sí mismo buscando ser otro, que en el fondo ha sido el mismo con toda su miseria espiritual, por eso es que también se convirtió en desprecio de los rostros y de la elite de los Cachorros de Chicago, del cual era miembro. Su intento de seguir estando en ese mundo lo llevó a pensar que cambiando su color de negro a blanco, esto lo llevaría a estar siempre en esos lugares de poder; no sabiendo que el problema en esa elite no es de simple color, sino cultural y política, olvidándose que su condición de dominicano no es de color, no es racial sino cultural y que por eso somos afro hispanoamericanos.

En el ámbito de lo artístico, de las presentaciones y la farándula, los linchamientos van desde la ridiculez y la ironía hasta tormenta de mierda como fue el caso del cantante Omega que vive ocasionándoles maltratos psicológicos y físicos a las mujeres que viven con él. En cuanto al Pachá, se le linchó con “Jochy devuelve ese premio, que no es tuyo” en referencia a la ceremonia número 32 de los Premios Soberano 2016. El intérprete de música urbana “Lápiz”, al posar en la red social de Instagram junto a dos menores de edad tomando champaña, tampoco ha escapado al linchamiento cibernético.

Sin embargo, entre los casos artísticos tenemos uno que ha sido muy delicado y comprometido con la cibercultura, es el de la joven Martha Heredia, a la cual le cambió totalmente el mundo en diciembre 2009 su mundo, su rostro era otro, por el salto a la fama que la convirtió en cantante, en un ídolo latinoamericano al triunfar en Argentina, miles y miles de minismensajes inundaron su vida, gracias a los jóvenes net y nativos digitales dominicanos que le dijeron sí a Martha Heredia, como ídolo juvenil. Sin embargo, cuatro años después, en febrero 2013 su vida se desmoronó, se esfumó de esos símbolos efímeros que se lleva el viento a ningún lugar y ninguna parte.

Martha Heredia entró sin darse cuenta del juego de la cultura política y el poder del espectáculo, los cuales colindan con espacios grises y con los desechos sociales. De ahí su paso a un nuevo escenario no artístico que la presentó como la mula de 1.8 kilos de heroína y le colocó el número 43657 de la cárcel de Rafey, por intentar sacar del país, (aeropuerto internacional del Cibao) dicha droga. Este símbolo juvenil de lo efímero quedó marcado en la memoria de lo virtual como la joven heroína de un polvo blanco que la enterró de por vida en una sociedad del espectáculo minada de zonas grises en sus diversas instancias de poder.

Una franja de los jóvenes, que han crecido y han nacido en el mundo de lo digital, de las redes ciberespaciales junto al poder empresarial y algunos presentadores de televisión les construyeron su imagen de cantante juvenil latinoamericana. Por eso, muchas jovencitas huérfanas de valores y autenticidad, llegaron a tener complejo de Martha Heredia. Como mito de lo efímero, Heredia se llegó a creer que estaba incluso más allá de cualquier simbología de valor cultural, literario y poético. Su falta de cultura educativa con respecto a esas simbologías, la colocaron en una literatura light en la que era una princesa de cuentos de hada. Con el tiempo se dio cuenta de que estos jóvenes que la apoyaron y la aclamaron como su princesa en 2009, unos años después les inundaron su vida con miles y miles de minis mensajes diciéndole que ya no era la reina juvenil de la música, sino el “Ay baby, esa droga no era mía”.

Terminando ahí con esa novela de Heredia, nos damos cuenta de que su vida da comienzo a una historia de tragedia que se mueve entre la prisión y la libertad, dejando atrás unos políticos y presentadores de televisión que fueron partícipes de su fama, pero que hoy no se recuerdan de ella y si lo hacen es para entrevistarla y sacarle el último aliento de lo que fue su corta vida de cantante y de espectáculo. De ese linchamiento cibernético total que sufrió Heredia solo queda el espectro de los recuerdos y de una vida que formó parte de nuestra historia como dominicano.

En cuanto a lo político, ahí si hay tela por donde cortar, pero que primero hay que tener una patente de corso en esta sociedad de mis amores y que todo va a depender de cuán cerca o lejos se esté del príncipe (Presidente de la República) y de su séquito, para darse cuenta qué valor tiene este sujeto para hacer y deshacer en este país de las maravillas.



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