Luego de la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff se van a ahondar los acontecimientos que vienen ocurriendo desde hace dos años: empresas cerrando, industrias bajando en su nivel normal de producción, no hay inversión y el mercado de trabajo anda por el suelo. Aumenta el déficit público y la deuda pública. Ya hay un descontrol inflacionario. La gente de a pie no tiene absolutamente ninguna perspectivas de mejoras, sus rentas están comprometidas. La recesión se antepuso al proceso normal inflacionario de la economía de mercado. El nuevo gobierno va a crear una burbuja a partir de hacer hoyos en las finanzas públicas para tapar desventuras y fracasos en los programas sociales.

La destitución de la presidenta Rousseff era muerte anunciada. Usted puede aliarse políticamente para ganar elecciones, pero debe gobernar para todos. Si eso no ocurre, sus contrarios a quienes humilló van a atacar a la primera oportunidad, no van a olvidar absolutamente ninguna afrenta política o juegos sucios que haya hecho en la campaña por votos. El PT mancilló la imagen incluso de la centro izquierda y las izquierdas brasileiras que es de donde procede. Y como es natural esa misma izquierda se cruzó de brazos y deja que Dilma arda en la hoguera que encendió.

Grandes potencias han influenciado en el derrocamiento de la presidenta de Brasil. El mundo económico está globalizado y hay dos oponentes: el bando de los 22 y el Fondo Monetario Internacional, y el del de la Brics que es la unión del Brasil, Sudáfrica, Rusia, China y la India que crean su propio esquema financiero con su propio banco. Entonces, Brasil va a salir de ese esquema al menos políticamente, aunque no financieramente.

Grandes emporios del petróleo y agua dulce para consumo humano son los fines perseguidos por ambos bandos, y en el medio el pueblo brasileiro.

Pero además, en Brasil se vive una guerra descomunal entre el crimen organizado, y las guerras por el control del tráfico de drogas, se esperan enfrentamientos mucho más encarnizados entre el narcotráfico y los sectores corruptos en el gobierno.

¿Hacia dónde va el Brasil?

Hacia algún tipo de parlamentarismo de derecha, pero el trasfondo de todo eso para perpetuarse es que logren convertir el voto obligatorio en voto facultativo. Como ocurre en RD que es un democracia representativa de los intereses de una parte del país y no de toda la sociedad dominicana.

Lo mejor de todo lo que viene ocurriendo es el creciente espacio que separa el Brasil que Brasil merece y esos sectores ligados al terror de derechas. Y hacia donde vaya Brasil es hacia donde irá el futuro de Latinoamérica