El Pacto Eléctrico es un compromiso consignado en la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo. Forma parte de los pactos consignados como esenciales para nuestro desarrollo como nación con miras al 2030.

El artículo 35, sobre la reforma eléctrica, de la Ley 1-12, de Estrategia Nacional de Desarrollo dejó claramente establecido lo siguiente:

“Se consigna la necesidad de que, en un plazo no mayor de 1 (un) año, las fuerzas políticas, económicas y sociales arriben a un pacto para solucionar la crisis estructural del sector eléctrico, asegurando la necesaria previsibilidad en el marco regulatorio e institucional que posibilite la inversión necesaria en la energía que demanda el desarrollo nacional”.

Es un obvio que hay un retraso de por lo menos 3 años con el pacto eléctrico. Esta semana el coordinador del Consejo Económico y Social, Agripino Núñez Collado hizo el anuncio del inicio de la fase IV de las discusiones para la concreción del pacto eléctrico.

El proceso electoral pasado se convirtió en un obstáculo para la continuidad de las discusiones sobre el pacto eléctrico. Uno de los partidos de oposición, el Revolucionario Moderno, se retiró de los debates, atribuyendo al gobierno intenciones políticas fuera del mandato de la ley en este debate.

Se desconoce si el PRM retornará a la mesa del diálogo, de la cual se retiró con afilados argumentos. Lo que se ha visto esta semana, además de la apertura de la fase IV del diálogo, es un documento emitido por el PRM cuestionando las políticas públicas sobre el tema eléctrico, lo que significa que oposición y gobierno marchan por caminos opuestos en este tema.

Luego de describir la crisis institucional del sector, y de acusar al gobierno de cargar sobre los hombros de las familias y de las empresas un costo elevadísimo de la electricidad, el PRM hizo dos propuestas, con sus detalles:

1.-Que el gobierno respete las leyes y reglamentos del servicio eléctrico, incluyendo:

a) Contratar la compra de energía mediante licitaciones a tiempo, competitivas y transparentes,b) Reembolsar a la población el dinero cobrado por energía no servida o apagones;c) Aplicar a la factura final del usuario la rebaja de los costos de producción debido a la reducción del precio de los combustibles –esa rebaja no debería ser menor de un 20%;d) Respetar y asegurar el alumbrado público mediante el cumplimiento con la compensación a los ayuntamientos; y por último

2. En virtud de los retrasos en los trabajos de construcción de Punta Catalina. Las Placetas, Guaigüí y Monte Grande y los consecuentes aumentos de los costos financieros, así como las múltiples y públicas denuncias de sobrecostos, el PRM pide una auditoría del proyecto; de igual manera solicitamos auditoria a las costosas inversiones realizadas por el Estado dominicano en las hidroeléctricas Pinalito, Las Placetas y Guaigüí, entre otras.

¿No son estos temas parte de las discusiones y del curso que se ha seguido en el Consejo Económico y Social para consensuar un Pacto Eléctrico que sea puesto en vigencia?

La validez de los planteamientos del PRM no está en discusión. Se formulan con sustento y se entiende que lo hagan públicamente. Tal vez llegó el momento, pasado el proceso electoral, de que el PRM analice la posibilidad de retornar a la mesa del diálogo, en donde encontrará a los representantes del gobierno, directos responsables de la política eléctrica actual, pero también al presidente del CONEP, al presidente de la Asociación de Industriales de Herrera y al representante de la sociedad civil.

Es bueno que el PRM se plantee ese retorno tan pronto como sea posible. Otros asuntos pendientes, como el pacto fiscal, demandan la atención del CES, y por lo visto el sector oficial quiere concluir los debates y avanzar con los consensos.

Lo dicho por el CES es que “con la entrega de la versión preliminar de la primera parte del documento síntesis de consensos y disensos, se determinó que la próxima Preplenaria está convocada para el día de mañana jueves 4 de agosto, a fin de abordar el documento mencionado.”

Es decir, que el pacto eléctrico será una realidad en los próximos días.