Por: Adriano Miguel Tejada - 29/01/2016
Los hechos de esta campaña política han puesto en evidencia la debilidad de los partidos para lograr consensos internos y para aplicar métodos democráticos en sus decisiones.
El único partido que consiguió hacer primarias y de modo parcial, fue el de la Liberación Dominicana, y todavía no ha podido dar respuesta a las decenas de impugnaciones que se presentaron en ocasión del certamen.
Los demás partidos ni siquiera se han atrevido a intentarlo. Todo esto no es más que una consecuencia del carácter patrimonial de la actividad política en el país y del nivel de corrupción en los partidos tradicionales -grandes o pequeños- que impide el logro de acuerdos internos.
Pero es causa, al mismo tiempo, de una incapacidad en el sistema político para ser verdaderamente democrático privando a las instituciones gubernamentales de los mejores cuadros para el desempeño de las posiciones en el Estado.
Esta crisis, que ha obligado a los partidos a violentar todas las normas legales y morales, conduce necesariamente a una recomposición del juego partidario.
Una de las salidas posibles es la celebración de primarias generales organizadas por la Junta Central Electoral en un mismo día para todos. Este acuerdo, a su vez, obligaría a pactar una Junta aceptable para todos y, como paso previo, la aprobación de una ley de partidos pactada. Crisis es oportunidad.
El deterioro de los partidos presenta la oportunidad para regenerar el sistema.
atejada@diariolibre.com
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