Los atletas dominicanos bien merecen el calificativo de “héroes”, debido a las condiciones en que cumplen su proceso de “enseñanza/aprendizaje”, (sus prácticas), para representarnos en las competencias internacionales.

A una semana de concluir la justa, los Juegos Panamericanos Toronto-2015, en los que tuvimos una pobre actuación a nivel colectivo, en sentido individual hubo atletas que merecen nuestro reconocimiento y quienes el Estado Dominicano debe tenerles mayor consideración.

En administraciones pasadas fueron motivadores “los bonos”, si podemos llamarle así, a los incentivos promovidos por el Ministerio de Deportes y entregados a aquellos atletas que ganaron preseas en esos eventos, (Juegos Centroamericanos, Juegos Panamericanos y Juegos Olímpicos), desde apartamentos hasta dinero efectivo en cheque de millones de pesos.

Dos casos en particular mueven estas líneas.

Primero: Yamilet Peña en las olimpiadas de Londres-2012 dio al pueblo dominicano una medalla sentimental en las competencias de gimnasia y ahora, en Toronto-2015, logró la presea de plata, para ser la primera medallista dominicana en esa disciplina.

Segundo: Ana Villanueva, medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara y ahora en Toronto. En la primera ocasión recibió el ofrecimiento de una casa, promesa que todavía espera sea materializada y esta vez, no ha tenido ningún tipo de acercamiento con las autoridades gubernamentales.

Yamilet y Villanueva, junto a todos los atletas que se esforzaron y aportaron medallas para la República Dominicana merecen algo más que unas líneas en los periódicos para reconocer sus éxitos, algo más que los aplausos nuestros por el logro alcanzado.

Cuando termine la vida útil de esos atletas, deben tener dónde refugiarse. Si hoy no los estimulan a competir, si solo pretendemos que vayan con “el pecho y la lengua, por el orgullo de ser dominicano”, mañana cuando reciban ofertas de equipos y países para cambiar de vida, no pretendamos crucificarlos  cuando esas organizaciones les limiten su participación  para representar a nuestro país.

Los recursos como estímulos para los atletas medallistas deben ser parte del Presupuesto Nacional, claro está, después que tengamos una política deportiva definida; después que el Estado, nuestros gobernantes y funcionarios entiendan que el deporte es el mejor aliado en el combate contra la delincuencia, en tener mejores ciudadanos para la patria;

cuando nuestros gobernantes aprendan que por cada cancha que se construye se derrumba una cárcel, entonces los atletas competirán con más orgullo.

Qué emocionante fue ver ganar a Luguelín Santos, todos los dominicanos aplaudieron la medalla de oro lograda por  Cándida Vásquez en levantamiento de pesas, qué emocionante fue la medalla de Ana Villanueva.