El 3 de septiembre es una fecha de gran importancia histórica para los dominicanos, por dos acontecimientos que han marcado su devenir. 

El 3 de septiembre de 1930, el huracán denominado San Zenón, arrasó la capital dominicana provocando miles de muertos y heridos y la total destrucción de la ciudad. 

Hacía apenas dos semanas que el nuevo gobierno se había instalado. Lo encabezaba el brigadier Rafael Leónidas Trujillo Molina, que utilizó sus esfuerzos en la reconstrucción de la capital, para otorgarse el título de “Padre de la Patria Nueva”, y establecer un régimen de fuerza por 32 años. 

El fenómeno atmosférico permitió al nuevo presidente mostrar su don de mando, y ser aceptado por las clases que hasta entonces le habían sido adversas. 

El otro hecho no fue fruto de la naturaleza, sino de los hombres. 

El 3 de septiembre de 1965 terminó oficialmente la guerra civil de ese año, devenida en guerra patria, con la renuncia del gobierno constitucional, encabezado por el coronel Francisco A. Caamaño Deñó, y la instalación del gobierno provisional del Dr. Héctor García Godoy, fruto de un acuerdo entre las partes beligerantes. 

El país comenzó a vivir una nueva etapa, que culminaría con las elecciones que dieron paso a la administración de los 12 años del Dr. Joaquín Balaguer. 

Una misma fecha con similares consecuencias: gobiernos de fuerza y represión de ideas, y un nuevo empuje desarrollista. Después de ambos hechos, ya el país no sería el mismo.

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