Aprovechamos la ocasión para acoger la propuesta  de revisión de los textos de historia lanzada por distinguidos personajes de la vida nacional, en especial nos a la iniciativa del escritor Manuel Núñez  en su cruzada por corregir las “lagunas imperdonables” que existen en los libros de texto, en los alumnos, en nuestra historia.

Como ellos, sabemos que algunos sectores  se han dedicado a alterar la historia en pos de sus intereses particulares, evitando que se narre la historia como es y no al revés como se viene haciendo.

Como ellos, entendemos  injustificable y peligroso que se siga enseñando nuestra historia de forma distorsionada, cargada de ideologías interesadas que han de dar al traste con nuestra identidad, con la verdad histórica, la  que nos vitaliza y conforma.

Por lo que debemos aprovechar  la ocasión para recordarles a estos distinguidos señores, que no solo se debe corregir el texto de Ciencias Sociales de 6to curso por lo que dice sobre la cuestión haitiana y el racismo, sino por lo que no dice, por lo que oculta:

Que la Iglesia Católica fue enemiga de la dominicanidad, persecutora de Duarte y sus trinitarios.

Todos los historiadores dominicanos saben que la  Iglesia católica dominicana combatió a Juan Pablo Duarte y a los trinitarios, frontal y despiadadamente, llegando al extremo de emitir un manifiesto político disfrazado de Carta Pastoral (24 de julio de 1844) donde el Vicario Portes Infante se atrevió a conminar a Duarte y a su compañeros para que acataran las disposiciones del General Santana, amenazándolos con ser excomulgados de la Iglesia, es decir, declarándolos enemigos de Dios y de su Iglesia, deshabitándolos políticamente desde ese día y para siempre , ante un pueblo ignorante que pensaba que la palabra del sacerdote Portes era la palabra de Dios , como lo afirmaba el propio prelado en su documento.( Ver:

La mayoría de los historiadores dominicanos (con Juan Daniel Balcácer y Chez Checo a la cabeza) se han prestado a la mentira y al engaño, con su silencio cómplice, brindando su apoyo a la Iglesia Católica en su afán por esconder este vergonzoso episodio antidominicanista donde se prestó para desacreditar a Duarte.

Todos los historiadores (y la Iglesia) saben  que el Duarte liberal y anticlerical se oponía al Estado confesional  que  le convenía a la Iglesia, condición que le exigió la Iglesia a Santana para emitir su Carta Pastoral donde desacreditó a Duarte, lo que quedó establecido en la primera Constitución de San Cristóbal.

Pero, al ocultar este episodio de  historia, la Iglesia ha logrado aparecer como la gran patriota, siendo precisamente la institución que más propugnó por la anexión, en contra de la dominicanidad y la independencia que proponía el patricio Duarte.

Con la complicidad de nuestros historiadores genuflexos, la Iglesia ha logrado presentar a falsamente a Duarte como su gran aliado, como un fanático católico altagraciano,  encargando  toda una bibliografía cargada de falsedades que se acomoda  a sus intereses ideológicos,  tratando de colocar a Duarte a su favor cuando en la realidad lo combatió a muerte.

El tema ha sido tratado con gran amplitud en nuestro escrito “La Historia al revés”, como una contundente respuesta al opúsculo que el “historiador” Juan Daniel Balcácer confeccionó con premura  por encargo del cardenal López Rodríguez a raíz de la polémica suscitada en torno a la Excomunión de Duarte, titulándolo  “ Duarte nunca fue excomulgado”.

Llamamos, pues,  la atención al MINERD , al Ministro de Educación, a la ADP , a la Academia de la Historia, al Instituto Duartiano,  a los historiadores honestos, a los que hoy reclaman la corrección de nuestra historia, para que incluyan este tema sobre el enfrentamiento de Duarte con la Iglesia, tema que ha quedado ausente en nuestros textos escolares con la complicidad de historiadores y autoridades, temerosos todos de que la Iglesia los reprenda y los excluya de su círculos de hombres distinguidos .

 Todo,  para distorsionar la verdad histórica, para   inducir a los alumnos a la creencia de que la Iglesia católica propugnó por la creación de nuestra nacionalidad, cuando fue todo lo contrario, pues la Iglesia católica fue la institución que más conspiró contra la dominicanidad,  contra Juan Pablo Duarte, lo que desde siempre se le ha ocultado al alumnado y a los profesores dominicanos.

Esta es una de las “lagunas imperdonables”  de que habla el escritor Manuel Núñez , la que espero incluya en su agenda de reclamos y correcciones de la historia, junto a otros distinguidos personajes, en especial a nuestro amigo Castillo Pantaleón, un notable y juicioso abanderado de la verdad que ha llamado a los profesores a rechazar cualquier texto que distorsione la realidad histórica , es decir , nuestra identidad originaria, ligada a un Estado Laico,  lo que propiciaba Duarte en su proyecto de Constitución , el que frustró la Iglesia con sus negociaciones políticas con el dictador Santana.

Se trata de ser coherentes para no lucir parcializados, se trata de corregir, no una, sino todas la distorsiones de nuestra historia, incluyendo ésta, la de presentar a la Iglesia Católica como una gran abanderada de la dominicanidad cuando fue todo lo contrario.