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:: El palo de la gata
El palo de la gata

Por: Leo Beato - 25/06/2015

Barrio Hortalezas-Madrid

Aquí no hablamos de la táctica del “gobierno compartido para la unidad nacional” de Miguel Vargas Maldonado (PRD), considerada por algunos como un palo acechao magistral que desarticula y, al mismo tiempo, “une” a la oposición.

Por lo menos así razonan algunos analistas interesados del batey insular.

Esta táctica de Vargas Maldonado nos recuerda aquella otra táctica del “Pacto Patriótico” del 1996, pero al revés, porque esta vez no es en contra del PRD. Aquel pacto se hizo en contra del PRD y de José Francisco Peña Gómez en particular.

Sin embargo, aquí estamos hablando sobre el “nuevo” estilo de gobernar de las comunidades autónomas  y municipales en la escena política de la “Madre Madrasta”, como algunos llaman a esta Madre Patria.

Mi amigo, el Dr. Roberto Guzmán Silverio, experto lingüista connotado, podría explicar con lujos de detalles el significado de esa expresión tan dominicana de “palo de la gata”. Se trata de algo inesperado e inusitado pero “definitivo”, que sorprende a títiri-mundachi, otra expresión dominicanísima que proviene del italiano como la de “tutti-frutti”.

Para un íbero-americano este nuevo estilo de gobernar de los políticos españoles (una especie de gobierno por consenso) es casi incomprensible. El partido que saca más votos (minoría simple) no es necesariamente el que termina gobernando, al menos que no saque la mayoría absoluta de los votos. Para gobernar o, para mantenerse gobernando, tiene que pactar con otros partidos.

Tomemos como ejemplo el caso reciente de Andalucía, donde el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue el más votado. Susana Díaz, la Presidente, se ha visto obligada a “pactar” con el nuevo partido minoritario de “Ciudadanos”, un partidito de corte conservador que se desligó del Partido Popular, el partido del gobierno central presidido por Mariano Rajoy, el actual Presidente de la nación española.

No olvidemos que aquí existe una monarquía parlamentaria como en Gran Bretaña, con un rey (Felipe VI) que reina pero que no gobierna. El rey es la cabeza del estado pero no lo es del gobierno. Es la figura representativa de la nación, modela y pauta pero no decide ni administra. En estos días se acaba de cumplir el primer año de su reinado.

Lo que está sucediendo en España en el ámbito político es inusitado, porque el PSOE es un partido de izquierda y “Ciudadanos”, a pesar de estar compuesto por jóvenes hartos de “más de lo mismo”, es realmente un partido de derecha, salido de las entrañas del partido de sus abuelos, los antiguos nacionalistas monárquicos.

Algo parecido a lo de Andalucía ha sucedido en la Comunidad de Madrid, otra región autónoma, donde Cristina Cifuentes (del PP), una atractiva mujer, brillante y carismática, se ha revelado como una política pragmática y eficiente. También sacó la mayoría simple de los votos pero, para gobernar, ha tenido que pactar con “Ciudadanos”, como hizo Susana Díaz en Andalucía. En ambos casos se trata de “extraños compañeros de cama”. Los demás partidos se negaron a “pactar”.

Esta es la primera aventura de “Ciudadanos” en la escena electoral española.

Como en Dominicana, en el año próximo serán las elecciones generales pero, contrariamente al desenlace que se espera allá, aquí en España existe un total desconcierto sobre el resultado final de los próximos comicios. Todo está en veremos, a pesar de que el partido gobernante (PP) se proyecta como posible favorito. Sin embargo, “Podemos” y “Ciudadanos”, dos nuevos partidos políticos sin experiencia en las urnas, mermarán los votos de los dos partidos mayoritarios, el PP (Partido Popular) y el PSOE (Partido Socialista Obrero Español).

Tanto “Podemos”, compuesto en su mayoría por una juventud que proviene de la izquierda (a quienes Felipe González ha bautizado con el descalificativo de “monaguillos de Nicolás Maduro”), como “Ciudadanos”, podrían dar otro “palo de la gata” al futuro político inmediato de la Madre Madrasta. 

En Barcelona y en Valencia, después de Madrid las regiones de más población urbana, ha sucedido lo mismo que en Madrid y en Andalucía. Los partidos ganadores han tenido que pactar con otros partidos minoritarios para poder formar un gobierno.

Aquí en España se pacta después de las elecciones, contrariamente a lo que sucede en Dominicana, que se pacta mucho antes de que se celebren los comicios.

Cristina Cifuentes pactó con “Ciudadanos” comprometiéndose ambos a cumplir con 72 puntos claves, bajo el común denominador de “combatir la corrupción”, “la total transparencia” y “la regeneración institucional”.

Mientras el futuro político inmediato dominicano luce diáfano, el de España (cuyas elecciones generales serán también el próximo año) luce muy tormentoso. El partido de gobierno (Partido Popular), que en los comicios anteriores (2011) ganó con una mayoría absoluta, está hoy afectado por corrupción, unido al hermetismo congénito del Presidente Mariano Rajoy, mientras el 20% de la población continúa desempleada y la crisis financiera apenas ha amainado un poco .

Si para muestra basta un botón, el revés generalizado sufrido por el partido en el gobierno (PP) en las recientes elecciones municipales y autonómicas (perdieron más de 4 millones de votos), indica que  tienen que poner sus barbas en remojo en preparación para las elecciones generales del próximo año.

Todos estos factores pronostican más “palos de la gata” inesperados para el 2016. Tanto en España como en la República Dominicana.



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