Duele,

Produce pesar.

Hondamente, estupor.

Un dejo de pesadumbre.

Conmueve y paraliza.

El Estado Dominicano adolece de una política salarial consistente, coherente, que genere más cohesión social. El Estado dominicano al contrario, con su falta de políticas públicas, y más concretamente de una Política Publica Salarial, se convierte en un ente más de desigualdad social, propiciador de la inequidad y la iniquidad.

Desde el Estado Dominicano se impulsa el caos, el desorden salarial, las distorsiones más palpables y aberrantes, desgarradoras del encuentro de tres países en un mismo territorio de 48,000 kilómetros. La política salarial del Gobierno Central es triste y hiere a cualquier ser humano con un mínimo de sensibilidad social: 64.5% de los que trabajan en la Administración Pública Central ganan menos de RD$10,000.00 y un 21.6% gana entre RD$5,117.00 y RD$6,000.00; existiendo 4,600 que ganan menos del salario mínimo en la función pública y que el salario mínimo mayor del sector privado (RD$11,292.00), es el doble del de la Administración Pública, esto es, el de la Administración Pública apenas representa el 45% del sector privado. En la Administración Pública descentralizada que opera como si en Dominicana no existiera un Estado Unitario, sino que ella se gerencia como si cada institución fuera un Estado particular; un feudo de cada incumbente; sin que ellos produzcan en algunos casos ni un solo centavo. Aquí el panorama salarial es más abominable, más descarnado, más esperpento, más dantesco.

En el imaginario del dominicano se cree que el salario es solo lo que el empleado/trabajador gana por su fuerza de trabajo y con ello, la capacidad de compra en el mercado. Pero no. Si hubiese políticas públicas, el salario actual fuera más humano, más equilibrado. El salario actual, sin políticas públicas consecuentes, acordes con el desarrollo humano, no valida la existencia real de esos ciudadanos excluidos de la postmodernidad, de los servicios de la era de la Sociedad del Conocimiento. Ni siquiera pueden acceder a los servicios de lo que representaba la sociedad moderna. Todo lo que significó los Siglos XIX y XX (agua, vivienda, salud, educación, transporte, seguridad).

Desde el Estado hay una ausencia cuasi completa para beneficiar institucionalmente, a los sectores más vulnerables. A pesar de su pírrico salario tienen que comprar agua para tomar pues no hay dominicano que consuma agua para beber, no importa el estrato social y para el consumo de otras necesidades: lavar, bañarse, cocinar, limpiar y otras actividades domésticas, tienen que comprarla porque duran semanas sin que le llegue ese vital líquido. Tienen que tomar hasta tres vehículos para llegar a su trabajo. Buscar dinero para atender un pariente porque en los hospitales no hay ni jeringuilla.

Todas estas necesidades que el Estado no suple, no satisface, el ciudadano tiene que buscarlo, reduciendo así su magro ingreso. Lo que significa que los poderes públicos no coadyuvan con el salario real, sino que lo añingotan, lo acuclillan, lo minimizan. Es más, si hoy se le aumentara un 30% a todos los salarios mínimos, con esta ausencia de políticas públicas, no es mucho lo que ellos pueden hacer en un mercado donde no existe competencia y donde predominan los monopolios y oligopolios.

Cuando hablamos de políticas públicas estamos visualizando la coherencia, la integralidad y sostenibilidad de las acciones de los poderes públicos, más específicamente del Poder Ejecutivo. Las políticas públicas constituyen las decisiones de las demandas sociales de la sociedad, que permiten aminorar problemas y neutralizar los desajustes sociales. Por ello, lo que nos deja dicho es que la ausencia de políticas públicas, es el indicador más fehaciente del grado de desarrollo, de cohesión y consistencia de nuestro Sistema Social y del Sistema Político. Es la muestra más visible y palpable de la visión fragmentada y la volatilidad de las elites políticas y económicas.

Las Políticas Públicas son el espacio más expedito para viabilizar la capacidad del Estado y fomentar el empoderamiento de la sociedad. Es la perspectiva más proactiva desde los poderes públicos para incidir en la sociedad y contribuir con el involucramiento, la participación y la credibilidad de todos los actores. Las Políticas Públicas son el vector de la conducción, el aderezo, el puente entre el Estado y la sociedad. Las Políticas Públicas “es una forma especifica de enfocar y resolver los problemas sociales que supone en el proceso de toma de decisiones la construcción y consolidación de consensos”. En el ciclo de las Políticas Públicas que son cinco, solo alcanzamos a enunciar los problemas sin la definición de los mismos, sin la puesta en la agenda, a la toma de decisión, a la implementación y a la evaluación.

En el campo de los tipos de políticas públicas tenemos según Jean Baptiste Harguindeguy: Hay dos tipos de políticas públicas: Coerción Pública Indirecta y Coerción Pública Directa y como estas aquejan a los afectados y al entorno. Es en ese marco que encontramos políticas Distributivas y políticas Reglamentarias. Políticas Constitutivas y políticas Redistributivas.

¡Es la Política Redistributiva la que contribuye a igualar a los ciudadanos en los territorios; es la que orientan la repartición de los ingresos fiscales de una manera más loable para la población; es la que marca el criterio más halagüeño para afectar el entorno de los seres humanos de manera positiva. Por eso, el SALARIO, no es una mera mercancía que se decide solo en el mundo micro, en el mundo de las empresas, sino en el rol del Estado para diseñar estrategias de políticas públicas que amplifiquen el Salario Real!