“Estoy pasando hambre. Jamás soñé verme como ahora, sin ropa, con un pantalón y una camisa. Paseo descalzo toda mi anatomía por las calles de Caracas” (…) “Yo he aprendido, teniendo un dólar, a no comer más que una taza de leche en un día”, escribió el 5 de noviembre de 1930 Juan Bosch a los 21 años de edad al amigo de infancia Mario Sánchez Guzmán.

No tenía cama ni colchón ni colchoneta. Dormía sobre tablas: (…) “como se acostumbra el cuerpo a dormir en un suelo de tablas superpuestas. Es cierto que las primeras noches, con frío y desnudo, me resultaban muy recias las tablas; pero luego no. Los músculos se hicieron a ellas. También el espíritu se hace a las miserias” (…).

Nació a las 11 y 30 de la mañana del miércoles 30 de junio de 1909 en La Vega, y desde niño se endureció en los contratiempos y las necesidades, hasta el punto final de una vida que había antevisto “para sufrir, trabajar, luchar, hasta la hora de morir. Y nada más”. Y así fue.

¿De trabajo? No tengo nada fijo” –le decía a su amigo Sánchez Córdova en carta del 16 de marzo de 1930- Vendo anuncios, trabajo en el muelle, vendo licores, soy chauffer de taxis, cargo maletas en las estaciones, vendo mis zapatos y mi ropa. Lo necesario es vivir y reunir el dinero para volver. Casi tengo el pasaje”

También le dijo en esa carta de aquella vez de 1930 a su amigo vegano Sánchez Guzmán que “Tal vez algún día podamos triunfar a fuerza de trabajo, de perseverancia, de honestidad (el hambre no deshonra, ¿verdad?)”.

Triunfaría, desde luego que sí, y no se deshonraría. Fue elegido abrumadoramente por su pueblo Presidente de la República el jueves 20 de diciembre de 1962, y juramentado el miércoles 27 de febrero de 1963, pero el signo trágico de su existencia se impuso a los 7 meses –menos dos días- cuando fue derrocado por fuerzas político militares nacionales y supranacionales convidadas. Anteayer se cumplieron 51 años.

Las penurias les vinieron a Bosch al quedar varado en Caracas luego de llegar allí desde Barcelona con un grupo teatral de variedades que fracasó en razón de que Venezuela padecía los efectos de la depresión económica de Estados Unidos iniciada en 1929.

Pero su maleada suerte habría de morigerarse días después de esta carta. Ya no pasaría tanta hambre ni andaría descalzo por las calles de Caracas: consiguió trabajo ¡de peón nocturno de camiones! en el mercado caraqueño de San Felipe descargando productos agrícolas.

Estas penurias no les eran del todo nuevas. En Barcelona también la había pasado mal en 1929 y 1930, aunque vivía en la casa de la familia de su padre, José Bosch. Allí había sido ¡trabajador de muelle!, ¡maletero!, ¡taxista! “Nada más quiero decirte. ¿De trabajo? No tengo nada fijo” –le decía a su amigo Sánchez Córdova en carta del 16 de marzo de 1930- Vendo anuncios, trabajo en el muelle, vendo licores, soy chauffer de taxis, cargo maletas en las estaciones, vendo mis zapatos y mi ropa. Lo necesario es vivir y reunir el dinero para volver. Casi tengo el pasaje”.

Segundo de 7 hermanos, la vida de Bosch siempre estuvo signada por el trabajo pesaroso a la par de su desarrollo en el duro oficio de escribir. Trazó una larga línea quebrada irregular en sus 92 años de existencia. Murió el 1 de noviembre de 2001.

En el trasfondo de todo el accionar de Bosch hay un toque permanente de tragedia teatral y real al propio tiempo. Numerosos desniveles, aunque unidos por una lercha invisible que sólo el genio abrumador de un artista de su categoría pudo haber trazado.

Actualmente damos los toques finales a una sencilla y corta biografía de Bosch en interés de que el público simple y las nuevas generaciones –las viejas generaciones también- rememoren su vida y se informen de sus facetas singulares como las que hemos consignado hoy.

Esas y otras correspondencias y referencias sobre la vida personal y pública de Bosch han sido nuestras fuentes. Reposan en la biblioteca de la Fundación Juan Bosch y también pueden consultarse en la obra Juan Bosch. Imagen, trayectoria y escritura, de Guillermo Piña Contreras, un monumental libro que pesa 5 libras, de 12 pulgadas de alto y 9 de ancho, de 370 páginas en papel Satinado 100, doble brillo.