La noticia dice que un haitiano murió al caerle un rayo mientras recogía basura en el Vertedero de Duquesa. ¡Carajo! ¡Viva la Patria! Una clara señal: la Virgen de la Altagracia se ha encojonado por la invasión haitiana.

Pero no nos extrañemos, ésta es la forma de “razonar” que nos enseña la Iglesia de Roma, ésta ha sido la enseñanza que el pueblo dominicano ha recibido de su católica Iglesia al decir que, la Virgen es su protectora y que lo defenderá a rajatabla de cualquiera amenaza a su nacionalidad dominicana. En el fondo: una doctrina racista cargada de odio y violencia. Puro salvajismo clerical y lo peor, consciente.

De Iglesia católica hemos heredado esta mente primitiva, pues se nutre de la ignorancia, su capital imprescindible.  Debe promover la superstición y la magia porque les conviene, enviando a sus creyentes a rezarle a una Virgen que, más que protectora del pueblo dominicano, es la protectora de sus insaciables bolsillos.

Por eso en la Pelota solemos ver a las gentes rogarles a su dios ayudar a su equipo, ignorando que si lo ayuda se pone en contra del otro, el que también tiene a los suyos rogando para que meta la mano por ellos ¿Y entonces?

Pero, ahora que hablamos de “revolución educativa” y de “tanda extendida”: Si no tomamos medidas para sacar de la escuela este pensamiento medieval de la Iglesia nos llevará el mismo Diablo y se perderá la inversión y los dineros.

De Iglesia católica hemos heredado esta mente primitiva, pues se nutre de la ignorancia, su capital imprescindible.  Debe promover la superstición y la magia porque les conviene, enviando a sus creyentes a rezarle a una Virgen que, más que protectora del pueblo dominicano, es la protectora de sus insaciables bolsillos

Ciertamente, todo este primitivismo mental del dominicano se lo debemos a nuestra venerable Iglesia católica, la que cada día, en vez de educar al pueblo, lo sumerge en la ignorancia. Y lo peor: lo sabe y no le pone remedio, pues, de abandonar esta vagabundearía y decirle la verdad a nuestro pueblo, caería en la quiebra y los curas perderían sus riquezas y sus empleos. Perversos.

Por lo tanto, que no me vengan a decir que el papa tal o el obispo tal es venerable ni revolucionario: callar la verdad para poder explotar la superstición y la magia es un acto deshonesto y, más allá, perverso: doctrinas y acciones que provienen de mentes enfermas y depravadas.

Pero todo pensante diría ¿Y no era suficiente para Dios que ese miserable hombre viviera como un animal en la basura, para agregarle a su vida semejante final de crueldad y de muerte por un rayo? ¿Y no fue suficiente castigo el terremoto que les envió, a costa de 300 mil haitianos muertos?

Os digo: Si esté es vuestro dios y vuestra doctrina se los podéis meter por el taberna-culo.