Por: De Buena Timta/Diario Libre - 24/04/2014
La Jefatura de la Policía no entiende o no acepta que las estadísticas sólo sirven a sus fines internos, y no de opinión pública.
No importa que los números registren baja en la ocurrencia de delitos, que en otras circunstancias serían prueba de que la institución está haciendo el trabajo.
Desde el momento en que uno o dos agentes cometen una acción mala, la percepción se dispara, y la realidad nunca podrá alcanzar la percepción.
La última denuncia, más que rebosar la copa, la rompe en muchos pedazos. Que los encargados de vigilar las calles anden apremiando pagos, descalifica la actual cruzada contra el crimen.
Incluso, la degeneración es mayor, pues antes el policía macuteaba, particularmente el de tránsito, pero ahora es peor. Está sustituyendo al asaltante.
La gente olvida pronto, aunque no los policías, pues no hace mucho que estuvieron de moda esos secuestros en que la misma víctima pagaba el rescate.
Lo llevaban a un cajero automático, sacaba la suma, la entregaba, y problema resuelto. Sólo que antes eran los ladrones, y ahora los policías.
Vaya usted a ver la diferencia.
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