Por: Cándido Mercedes/Acento - 21/04/2014
TelexFree, vista en el panorama del horizonte desconcertante, es una consecuencia de la Modernidad y la vida liquida. TelexFree, es la expresión viva de la exacerbación del Capitalismo de Casino, que no tiene que ver nada con la economía real, pero sí con lo peor del Capitalismo mismo. La búsqueda sin limites de mas rentabilidad, de mas ganancias, vulnerando la mas mínimas reglas y el soporte medular de la vida humana: La transparencia y la ética. Es el capitalismo mas salvaje, de la modernidad.
La vida del Capitalismo de Casino, es la puesta en escena, del hombre, en su punto de origen , en su estado larvado, primitivo, con la combinación mas avanzada de la tecnología de ultima generación. Allí, la diafanidad no existe. La opacidad se convierte en la reencarnación del lobo , destruyendo a todos los demás congeneres. Las consecuencias de sus acciones no se miden por los actores; solo miran el materialismo y el consumismo, como el espacio que le da vida y existencia real.
Solo en Massachusetts, TelexFree recaudo mas de 90 Millones de Dólares y en el resto del mundo, alrededor de un Billón de Dólares. Una verdadera pirámide financiera que ya hace aproximadamente un año el destacado Financista Alejandro Fernández, había dado la voz de alarma, en su columna Argentarium, del Periódico Diario Libre. En Dominicana se cree que cerca de 150,000 personas se encuentran involucrados en este laberinto.
Cuando nos adentramos para explicar las causas de éste desvaríos financieros; nos encontramos primero, que los estafados son la inmensa mayoría de clase media , media alta y alta; con un dominio de las TIC, lo que lleva a pensar que son profesionales, muchos de los cuales, estaban utilizando sus ahorros y en el menor de los casos, buscaron prestamos para “entrar a TelexFree”. Por lo tanto, no es la ignorancia, no es la falta de información; es el desenfreno en la búsqueda del dinero y mientras mas rentabilidad hay, mejor; sin objetivizar el riesgo.
Es el desaforado afán por el ganar mas; la incontinencia por el consumismo y el desenfado que produce la vida liquida, como corolario de la sociedad individualizada. Para Zygmunt Bauman, la sociedad moderna liquida “es aquella en que las condiciones de actuación de sus miembros cambian antes de que las formas de actuar se consoliden en unos hábitos y en una rutinas determinadas. La liquidez de la vida y la de la sociedad se alimentan y se refuerzan mutuamente. La vida liquida, como la sociedad moderna liquida, no puede mantener su forma ni su rumbo durante mucho tiempo”.
La vida liquida no es mas que la reproducción de una ilusión, que busca afanosamente ser compartida; por ello, no mira al pasado, porque el pretérito le acusa desazón de una nostalgia, de una melancolía que niega en su presente. Es lo propio de la sociedad individualizada, donde su temporalidad niega el pasado y no piensa en el fututo. Su entonación es el presente, con velocidad. En el mundo consumo de la sociedad líquida, los proyectos colectivos, la búsqueda del bienestar común no tienen cabidas; en el juego por ganar hoy, no contemplan la definición de inteligencia que nos aporta Eduardo Punset, en su libro Viaje al Optimismo, cuando nos explicita que la inteligencia “es la capacidad de representar mentalmente un escenario determinado, porque solo ese poder de representación mental te permite configurar el pasado tanto como predecir el futuro”.
Las relaciones que confluyen en la sociedad líquida están marcadas por su transitoriedad y por su volatilidad. Las relaciones en sí misma, están determinadas por los intereses, en términos de costo/beneficio. Está caracterizada la modernidad líquida en un tiempo sin certezas, imprevisible, que simboliza la fragilidad humana, allí donde el miedo se entroniza porque no hay dejo de esperanza, de solidaridad. “La identidad en la sociedad del consumo es ondulante, espumosa, resbaladiza y acuosa”; sintonía con lo adaptable de todo recipiente. Todo en ello obliga a aprovechar las oportunidades, como abordaje de la desregulación, flexibilización y liberalización de los mercados.
El optimismo de la sociedad moderna líquida no existe. Porque lo que la caracteriza es una vida precaria, en el empobrecimiento espiritual; que le genera una incertidumbre constante. Por ello, el afán de la búsqueda rápida de la rentabilidad, de la ganancia, sin considerar los riesgos. O, como hermosamente nos lo dice Bauman “La vida moderna líquida es una versión siniestra de un juego de las sillas que se juega en serio”.
TelexFree y su creación y recreación (y las otras que existen y existirán), no es mas que la prolongación existencial, de una individualidad que se motoriza en el andamiaje del tener, sin importar el horizonte destemplado en el que está cimentado su presente; lo cual produce la ambivalencia que lo acogota y le impide encontrarse consigo mismo. Es una dinámica que no encuentra el equilibrio, porque al decir verdad, la virtualidad es su mundo cierto, en sus sueños , la imaginación no encuentra distinguir entre la realidad y lo fantástico que “significa” tan fácil duplicar la inversión. Fantasía e imaginación se encuentran , se alinean , que es el éxtasis de una maravillosa novela. Pero, fantasía e imaginación, en la realidad, producen las escorias que se dan en la petulancia del capitalismo de casino.
El hecho cierto de que TelexFree tenga presencia en Perú, Ecuador, Uganda, Brasil, Rwanda, Gran Bretaña y Massachusetts (Est. Unidos), nos ilustra de que realmente nos encontramos en la sociedad de los simulacros, de Mario Perniola; y, la sociedad del Hombre y la Mujer Light, de Enrique Rojas, caracterizada por 5 dimensiones: El Materialismo, El Consumismo, El Hedonismo, La Permisividad y El Relativismo. ¡Que nosotros tengamos 150,000 personas involucradas con TelexFree , nos dice , al mismo tiempo, el grado de profundidad liquida en que una parte significativa de la clase media y media alta se encuentra!. ¡ Es una expresión elocuente de lo desgarrada en que se encuentran!. Sin mas camino cierto que el riesgo de sus ahorros, que es su vida y antesala de un bienestar que el Estado nuestro no prohíja. Porque la sociedad líquida, en esencia, es la crisis del bienestar.
Sin optimismo cierto y con un miedo pavoroso al pasado y al futuro, su esperanza se sumerge en un laberinto financiero que no controlan y que solo duplicar su dinero le augura el consumir, en un verdadero signo anquilosado. Nada de panóptica tienen esas organizaciones, mas allá de la vigilancia líquida , que al mismo tiempo como paradoja , genera la sociedad moderna líquida; porque la expansión del Capitalismo de Casino, encuentra mecanismos vulnerables en éste mundo complejizado, donde el cambio es la gran medida de la adaptación sin convicción.
Ellos, los que juegan en esas pirámides financieras, se suman a esa psicosis depresiva o melancolía por el dinero y el consumismo, expectación de la sociedad líquida. Las pirámides financieras son una mera promesa y al mismo tiempo, tremendas amenazas de tu presente que pretende erigir y el desconcierto verdadero de tu futuro.
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