La firma del Pacto Nacional por la Reforma Educativa, vigente hasta el 2030, ha asumido reformas importantes para lograr el derecho de la población a una educación pública, gratuita y de calidad.  Entre sus reformas sobresalientes, están la universalización de la tanda extendida y la dignificación de la carrera docente.  Ambas constituyen una respuesta a las aspiraciones de la población desbordada en la movilización nacional por el 4 % del PIB para la Educación pública. Además, existe la voluntad política para llevarlas a término.

Fue prometedor la declaración del Presidente Medina de que antes del 2016 más del 80% de los estudiantes del sector público estarán en el modelo de jornada extendida, y RD$2,333 millones han sido destinados para la formación de docentes, entre otras acciones. Pero el descalabro que por décadas ha sufrido el sistema de Educación Pública, significa que estamos frente a un reto monumental para dar el salto a la revolución del conocimiento y la informática del siglo XXI. Veamos dos de los principales desafíos:

1-Profesionalización de la carrera docente.  En nuestro país, este desafío es complejo porque el atraso no se limita a la educación primaria y secundaria.  Las universidades privadas y la UASD, encargadas de la formación de docentes están muy lejos de ser competitivas y ocupar alguna posición entre las 500 mejores universidades del planeta.  Muchas son confesionales o son manejadas como negocios privados por los administradores, con poca participación del cuerpo docente, contratados semestralmente y remunerados por hora de docencia en el aula.  Además, carecen de oportunidades para el trabajo de investigación, de publicación científica de sus hallazgos, y el debate de ideas.

Para sobrevivir, docentes universitarios asumen horas excesivas de enseñanza y dedican muy poco tiempo a la planificación y preparación de presentaciones en el aula, la tutoría individualizada, y la corrección de asignaciones y exámenes; disminuyendo así la calidad de su enseñanza.  Esta situación, crea un efecto residual que expulsa de sus filas a los docentes universitarios más capacitados, bajando el nivel académico del conjunto.  Lo mismo puede decirse de los docentes de primaria y secundaria, sometidos a décadas de sueldos de miseria y asumiendo doble tandas.

Muchos docentes de educación pre-universitaria son producto de programas de titulación a través de cursos sabatinos.  La ineficiencia de los mismos la verifiqué con entrevistas a gerentes del sistema primario en el año 2003 y en una investigación para PLAN-Internacional y durante el proceso de evaluación del PAE (Programa de Alimentación escolar) que realicé para CARE-Dominicana en 1992.  Utilicé los datos recogidos en todas las escuelas de las 11 provincias del Noroeste y Suroeste del país, para comparar el rendimiento escolar y la deserción estudiantil entre escuelas con y sin el programa.  Incluí los datos de género y titulación de cada docente para construir un modelo econométrico con fines de comparar el efecto del PAE.  Un primer análisis determinó la necesidad de sacar del modelo los datos sobre el género y la titulación de docentes porque no tenían ningún impacto en el rendimiento ni en la asistencia escolar de los estudiantes.

Como las condiciones no han cambiado, no puede esperarse que tengan impacto en el 2014. Lo mismo puede decirse del impacto negativo de la política al interior del sistema que repetidamente asigna a Ministros sin más méritos en su desempeño anterior que la fidelidad al Partido y Jefe de turno. Parafraseando a Sir Ken Robinson, la politización ha creado un clima de “mando y control”, en vez de un ambiente participativo y necesario para que el proceso de enseñanza-aprendizaje pueda arrancar.  El Pacto busca cambiar esta cultura.

Aquí es bueno recordar uno de los principios de la Firma DEV Tech Systems que en el año 2000 evaluó el Plan Decenal: “Una buena gestión no se origina en la autoridad, el poder político o jerárquico. La gerencia buena es una habilidad avanzada y no puede improvisarse o lograrse mediante el nombramiento de ayudantes de confianza. La Reforma del sistema de educación es un proceso sumamente complejo e involucrado que requiere gerentes de calidad superior. Si no están disponibles, deben ser importados sobre la misma base que la asistencia técnica y recursos externos son traídos de fuentes externas”.

2-Evaluación y remuneración de docentes de primaria y secundaria. El Pacto determinó el establecimiento de mecanismos para atraer a la carrera docente a bachilleres con alto rendimiento académico y vocación para la docencia, así como su ingreso al sistema por concurso para todas las posiciones.  Además, planteó un sistema de evaluación independiente con el objetivo de diseñar programas de acompañamiento y capacitación para el docente y estructurar un sistema de incentivos que premie la excelencia.  Pero no consideró la situación de docentes actuales, cuya evaluación es también necesaria dado los resultados desastrosos de obtenidos en pruebas estandarizadas internacionales.  El Pacto delegó al Ministerio y a la ADP consensuar criterios sobre el aumento de sueldos y la aplicación de incentivos.

El planteamiento de la ADP de un salario base mensual de RD$50,000 para final de este año, RD$60,000 para el 2015, y RD$70,000 para 2016, sin considerar el ranking de los docentes porque no han sido evaluados fue rechazado por el Ministerio; debido a disensos sobre la distribución del sueldo base y los incentivos.  Recordamos que sueldos altos no constituyen garantía de cumplimiento de funciones,  como es el caso de parasitismo bien remunerado en la Cámara de Diputados.

La evaluación del profesorado basada en los resultados de pruebas estandarizadas de sus alumnos, necesita aislar en la medición otros factores que también inciden en el aprendizaje en el aula; como son las características socioeconómicas de de la familia de origen, el nivel de escolaridad de la madre, y diferencias genéticas entre estudiantes (coeficiente de inteligencia).  Un método sencillo que puede ser replicado, fue el utilizado por el periódico The Los Angeles Times en el 2010 para determinar rankings de efectividad de 6,000 docentes de la escuela primaria del distrito escolar de su ciudad. Utilizó los resultados de pruebas estandarizadas que el distrito acumulaba por años sin analizarlos y el método de “valor agregado”, que mide el progreso de cada estudiante cada año en inglés (lecto-escritura) y matemáticas, a través de pruebas estandarizadas.  Cuando el estudiante logra puntajes no esperados, basados en su record previo, el cambio se atribuye al docente; cambio que puede ser de mejor o peor rendimiento escolar.

Obviamente, la evaluación, no puede hacerse con datos de un solo estudiante, pero sí en el conjunto según aula, para detectar resultados que se replican.  El método no es perfecto, pero es sencillo y sirve para destacar a los mejores y peores profesores; lo que garantizaría premiar el esfuerzo y tomar medidas drásticas con profesores ineptos, como es la jubilación o su inserción laboral en otra rama.

En conclusión, la ausencia de una evaluación rigurosa de las/os docentes no es buena para los niños ni para los profesionales de la enseñanza.  Implica igualar sueldos a una gran cantidad de docentes que necesitan oportunidades para aprender y crecer profesionalmente, o considerar otras carreras cuando no son capaces de asumir la dirección del proceso de aprendizaje de sus alumnos.   Las metas de formar generaciones futuras competitivas en el mercado del siglo XXI y con conciencia crítica en el ejercicio de sus derechos y deberes, justifican la necesidad de seleccionar a las personas más aptas para la docencia, responsabilizarlas, evaluarlas, y remunerarlas adecuadamente para poder mantenerlas en el sistema.  Mi sugerencia es seguir el criterio de que en todo momento debe de mantenerse la meta final: el acceso de todos los niños y niñas a la Educación y la creación del clima escolar que maximice su aprendizaje.  Todas las demás metas son intermediarias para lograr este fin.